DEL PRINCIPIO A LA ETERNIDAD

Se abre el primer bloque de este rol comenzamos por el final...

La sangre corría por las comisuras de mis labios, aún no podía enfocar bien mi mirada, todo a mi alrededor se tornaba borroso, podía escuchar algunos quejidos lejanos aunque las figuras borrosas que intentaba mirar con desesperación permanecían cerca como siluetas espectrales.
Cuando intenté incorporarme el mundo empezó a girar o más bien yo giraba alrededor de él. No podía parar y el mundo optó por dejar de girar y desvanecerse a mí alrededor.
Segunda oportunidad. El mundo no fue más amable cuando volví a despertar, casí me ahogo con la sangre acumulada en mi garganta y la tos no me abandonó en varios minutos.
Algunas siluetas se acercaron y pude divisarlas mejor, sus rostros empezaron a construirse alrededor de la neblina de mis ojos y sus voces aún lejanas pronunciaban mi nombre.
No quería escucharlos tan lejanos así que traté de introducir un dedo en mis oídos para destaparlos y me encontré con otra hemorragia interna; de hecho mi cuerpo se había convertido en un torrente de sangre que se escapaba desde cualquier orificio dificultando que el mundo regresara a su quietud original.
Cuando por fin pude enfocar mejor la vista reconocía a varias figuras con las que había permanecido durante días, meses, quizá años, no lo sé.
A mi alrededor podía divisar algunas estructuras aún en pie de la ciudad sin embargo otras habían sucumbido y los imponentes rascacielos que obnubilaban la vista y nos impedían mirar hacia el infinito ahora se doblegaban ante un tarde sulfurosa, rojiza y donde el sol parecía prisionero de este nuevo ambiente decaído.
No tardé en bajar la mirada cuando algunas piezas metálicas yacían a mi alrededor destruidas, incendiadas.
Una pequeña rosca metálica que en su interior figuraba una luz intermitente comenzó a apagarse para siempre hasta que se desvaneció incluso de mi recuerdo.
Ese hijo de puta lo arruinó todo. También el traidor, esos cobardes que se replegaron.
Este desastre…. todo mío.
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Douglas se aprestaba a revisar de nuevo la lista de invitados, en los sillones de enfrente los cordones que apartaban los asientos de los invitados especiales se encontraba lista.
Mientras repasaba los detalles logísticos Douglas fue perturbado de su ensimismamiento por una mano sobre su hombro.
Alan Neill jefe de seguridad del emporio saludaba al profesor quien visiblemente nervioso respondía el saludo.

Alan: Parece que todo está listo profesor, tenemos la lista detallada de los invitados que entrarán en cualquier momento; parece que la prensa se ha volcado hacia el lugar. No se dan anuncios como estos todos los días.
Douglas: Así es, no me imagino que tan difícil pueda resultar un descubrimiento de esta naturaleza sin regulación ni cuidado.
Alan: Aquí entre nos profesor, usted ha podido ver el artefacto, digame como es.
Douglas: Su forma no tiene nada de especial. Son los riesgos de su uso los que me siguen preocupando.
Derek: Si, por favor, háblenos de sus preocupaciones inmediatas acerca de la construcción de semejante máquina.

Los periodistas entraban en la sala custodiados hacia el palco donde la prensa podría presenciar el evento, pero la figura del profesor Blackmore motivó el rompimiento del protocolo y varios reporteros se volcaron sobre él.
Derek Jeter había lanzado la pregunta adelantándose a sus colegas y ansioso por la respuesta la repitió.

Derek: ¿Qué es lo que le preocupa profesor?

Una de las figuras de la prensa aprovechó el barullo para colarse entre los agentes de seguridad y se dirigió de lleno a la antesala.
Debora Molotov se coló hacia los sanitarios evitando el patrullaje y se hizo en cuanto pudo de una bata blanca que le ayudara a camuflarse entre los científicos.
En una de las salas varios individuos de bata blanca ensimismados en su trabajo, afinando los detalles de la presentación y revisando sus cálculos no notaban la presencia de la extraña.
Los patrullajes se intensificaban entre más se acercaba la hora de la presentación.
El pequeño ejército contratado para el lugar contrastaba visiblemente con la tranquilidad reinante el resto del año, exceptuando los laboratorios donde los gritos y los improperios eran constantes.
En la azotea un guardia yacía en el suelo, inconsciente y desnudo fue arrastrado hasta un rincón oscuro donde nadie pudiera percibirlo.
Un kit de maquillaje en manos expertas empezaron a transformar el rostro quemado de Thomas Llawton en una copia idéntica del policía reducido.

Llawton: Lo siento tipo, pero si consigo mi objetivo mañana amanecerás en un mundo menos decadente.

Abandonando la azotea Llawton se introdujo en medio de los asistentes y oficiales que abarrotaban el lugar, una bata blanca se aproximó y aceleró su paso para perderse en la esquina de un pasillo, no sin antes apreciar que la fémina portaba tacones, prohibido reglamentariamente en el lugar.

Debora dobló la esquina a toda prisa esperando que el vigilante no hubiera sospechado de su apresurado paso.
Bingo. En el extremo opuesto del pasillo el Dr. Flender y el multifacético empresario Mathew Dickinson charlaban entretenidos hasta que fueron interrumpidos por la presencia de la reportera.

Debora: Dr. unas palabras antes de la conferencia en exclusiva para mi periódico.
Flender: ¿Cómo llegó hasta aquí? Y de dónde saco esa bata, Usted no debería estar aquí, informaré a los custodios que la desalojen por su impertinencia.
Dickinson: Nada de eso mi querido doctor, debemos estar en buenos términos con los medios, ellos nos proporcionarán la mejor publicidad para que esto se convierta en un éxito financiero.
Flender: O los mejores dolores de cabeza.

Flender se apartó y apresuró el paso hacia otro pasillo para perderse rápidamente.

Dickinson: El doctor tiene que adelantarse, pero mientras nos dirigimos hacia la sala estaré encantado de responder sus preguntas; quítese la bata o el doctor le arrancará la cabeza si se la ve puesta nuevamente.
Debora: Parece que el profesor no aprecia a la prensa.
Dickinson: Es un hombre taciturno, acostumbrado al trabajo solitario, por eso le perturban las preguntas. Pero puedo asegurarle que está excitado con su invención y su propósito siempre ha sido científico.
Debora: Excelente, ahora vayamos con sus propósitos, usted está financiando en gran medida este esfuerzo, no es científico, qué motivaciones podría tener usted.

Una sonrisa leve dibujo el rostro de Dickinson.

Douglas: Por favor amigos, mi trabajo es eminentemente intelectual, los detalles acerca de los componentes de la máquina no se los puedo proporcionar yo.
Derek: Pero ha estado cerca del Dr. Flender y del señor Dickinson ¿Cuál es el plan que tienen para el manejo de la máquina? Y respondiendo a la primera pregunta que sigue eludiendo qué es lo que le preocupa.

Una figura femenina y bastante atractiva se acercó al profesor que seguía rodeado por la horda de reporteros y se antepuso al profesor.

Nahid: Vamos señoritas, caballeros no abrumen al profesor en cuanto empiece la conferencia de prensa estoy seguro que sus dudas quedarán aclaradas.
Derek: ¿Quién es usted?
Nahid: Soy la doctora en historia Nahid Ajmad colega y amiga del profesor Balckmore ¿, nos conocimos en Israel en una conferencia sobre los rollos del mar muerto y heme aquí asistiendo a este fabuloso descubrimiento igual que ustedes y con las mismas dudas.

David Cox se acercó, siempre cargando su cámara y haciéndose un hueco entre los periodistas.

Cox: Una foto para la revista Nature por favor.

La historiadora se hizo a un lado y evitó la fotografía dejando un momento sólo al profesor para que posara para las fotografías del reportero.
Un custodio caminaba con paso acelerado buscando de uno a otro lado con mirada inquisitoria.
Nahid no pudo dejar de apreciar que el custodio buscaba afanosamente a alguien, pero no patrullaba ni orientaba a nadie como el resto de los vigilantes, es más eludía al demás cuerpo de oficiales.

Nahid: Alguien no pertenece aquí.
Derek: Intuyo que no le gustan las fotografías, cualquiera que estuviera hoy en este lugar quisiera aprovechar la oportunidad para promocionarse o simplemente para dar testimonio de que estuvo aquí.
Nahid: Nada de eso- esbozando una sonrisa- pero no soy yo la noticia el dia de hoy, así que le otorgo su lugar a quien le pertenece hoy.

Cox alcanzó al profesor antes de que se diera la media vuelta.

Cox: Dígame profesor no tiene miedo que esta máquina pueda usarse con fines poco éticos.
Douglas: No lo creo amigo por lo poco que entiendo la mirada en el tiempo que proporciona la máquina solo se dirige hacia el pasado, nadie ganará la lotería usando esto.
Cox: Si pero la alteración del pasado es una posibilidad siempre; y la pérdida de la privacidad lo han tomado en cuenta.
Bao: Pregunta válida, el respeto hacia los demás siempre debe figurar entre las prioridades.
Douglas: Maestro Bao me alegra que haya acudido, no estaba seguro que pudiera llegar. Su asiento está entre los reservados hasta delante.
Bao: No creo merecer esta distinción, pero estoy feliz de contar con su amistad Douglas aunque creo que tengo también curiosidad por escuchar la respuesta a la pregunta de su amigo…
Cox: Mucho gusto- extendiendo la mano- David Cox reportero de la revista Nature Geographic y sincero preocupado por las consecuencias de este descubrimiento.

Bao giró el rostro y apreció a 8 sujetos que entraban con paso acelerado y mirada baja hacia el fondo de la sala; tres de ellos se perdieron entre los periodistas, dos más flanquearon a los guardias de la sala y el resto permaneció en el fondo del salón.

Bao: Algo no está bien.
Daniel: También lo notó.

A la plática se había unido el notorio escritor de ciencia ficción Daniel Strauss invitado especial de Dickinson amigo de los años universitarios.

Douglas: Me parece que el ambiente empieza a ponerse paranoicos, que les parece si los acompaño a sus asientos.

Cox: ¿Qué es lo que vieron?
Douglas: E invitamos con nosotros al señor Cox para que se deleite tomando fotografías en primera fila.

El cuarteto se dirigió hacia sus asientos pero Daniel miró de reojo hacia algunos vigilantes que cuchicheaban y miraban en dirección a Douglas de manera sospechosa.

Douglas: si les hace sentir mejor le diré a Neill que revise sus sospechas así se sentirán más tranquilos.

Nadie se sentiría más tranquilo…

No es solo paranoia, algo realmente quebrantó el flujo de la situación presentada en este instante, de hecho, nada anda bien -Pensó Bao- el descubrimiento puede ser muy peligroso y el hecho de que al hacerla funcionar se pudiese desarrollar una paradoja, interrumpiendo todo el flujo normal de la energía me llama la atención, estoy acá para disipar mis dudas acerca de esto...

Los guardias continuaban mirando a Douglas, mientras cuchicheaban, Da Bao se percataba de que algo tramaban y algo que no era bueno, ¿Una irrupción en contra de la ceremonia?, Da Bao miraba atentamente a cada hombre, siguió con la vista a algunos de los que flanqueaban a los guardias, el hecho de que estos estuvieran rodeando a los guardias, abría la posibilidad de neutralizarlos rápidamente, Da Bao seguía con la mirada los movimientos de los guardias y esperaba que siguiera la ceremonia de presentación sobre la máquina, pero ya la armonía del lugar estaba rota, un quiebre enérgetico se sentía en todo el lugar según el maestro, parecía que algo iba a pasar, Algo va a pasar.

Douglas: ¿Pasa algo maestro?

Da Bao: No...Almenos no aún...

Douglas comenzó a recorrer todo el salón lleno de periodistas y demás invitados, sus ojos estaban buscando a alguien que, por suerte, podía reconocerse desde lejos. Neill estaba echando del lugar a dos personas que se habían conseguido colar.

Neill: La próxima vez que os vea intentando entrar va a haber hondonadas de hostias - Los amenazó - Estamos ante algo muy importante como para que se cuele nadie.

Douglas: Neill, tranquilo amigo, ¿que pasó con tu educación? Eres la persona más educada que conozco, no pierdas los estribos por algo así.

Neill: Lo siento Douglas, pero es mucha presión la que hay sobre mi; controlar a los guardas, supervisar que hagan su trabajo, evitar que se cuelen non gratos... - El nerviosismo que había en él era completamente visible.

Douglas: Pues siento decírtelo, pero tienes que hacer una cosa más - Neill frunció el ceño - No te pongas así, dentro de unas horas estaremos celebrando que todo ha salido bien. Mira, necesito que investigues a unos guardas que andan por aquí, sé que no conoces a la nueva plantilla, yo tampoco, pero la cara de esos 8 no me suenan - Dijo señalando a los guardas que en aquel momento podía divisar.

Neill: No te preocupes, en seguida me pongo a ello, supongo que será que no nos acordamos de sus caras después de todo el ajetreo, ahora vete que yo me ocupo.

El jefe de seguridad comenzó a seguir a una pareja de los que Douglas le había señalado, se dirigían hacia los baños de la 2ª planta. Entraron en el servicio de caballeros, cerraron la puerta desde dentro y Neill pudo escuchar como un arma era recargada dentro de aquella puerta. Puso su atención a lo que pasaba detrás de aquella puerta.

Guarda 1: Si señor... todo preparado... claro... están listas, tomaremos posiciones en cuanto nos lo digas... adiós.

Guarda 2: No estoy nada seguro de esto, tengo miedo de que salga mal.

Guarda 1: Cállate aguafiestas, nada va a salir mal, cuando salgamos de todo esto seremos asquerosamente ricos, imagínate.

Aquello parecía un claro atentado contra lo que allí se iba a celebrar por lo que Neill tomó posición detrás de la puerta y de dos patas la derribó. Los falsos guardas se abalanzaron contra él, un potente puñetazo impactó en la cara del jefe de seguridad, seguida de una patada a la altura del estomago. Neill se recompuso y le soltó un combo de puñetazos al primer malo, dejándolo tirado en el suelo pero volvió a levantarse.

El segundo imitador de guarda se armó de una pieza de madera que había arrancado del marco de la puerta, lanzó un golpe contra Neill pero este consiguió esquivarlo, lo desarmó de un golpe en el cuello y recogió el palo del suelo para volver a golpear su adversario y, seguidamente, al otro terrorista que se había levantado y se dirigía hacia él, los dos quedaron noqueados. Tengo que encontrar a los otros 6 antes de que hagan algo pensó Neill.

Thomas lo sentía,lo sentía entre la gente, entre la multitud. Su ex- compañero, Jack Ryder, estaba próximo, en ese lugar, esa presentación científica. No se había molestado en saber exactamente de que iba la presentación, ni tampoco le importaba, pues lo realmente relevante era que Jack Ryder había venido a ese lugar y que Jack Ryder moriría allí. Meses y meses de planificación, de emboscadas y de interrogaciones, de esconderse entre la escoria que el fue durante años, entre la oscuridad, perseguidos por todos, culminaban allí, su venganza llegaría a un nuevo nivel y Rose podría descansar en paz... su querida Rose, no merecía eso y por fin Jack Ryder pagaría por lo que hizo. Su ansiedad hacia que Thomas empezara a ser descuidado y cada vez era fácil notar que algo no iba bien en aquel guarda, que miraba inquisitorialmente a todos lados, pero la atención estaba puesta en otro acontecimiento que Thomas no reparo, pues una mano le toco el hombro mientras una voz le preguntaba:

-Perdone, guarda, pero¿ podría indicarme donde esta la salida de incendios por favor?

Thomas estaba a punto de alejarse sin hacerle caso, cuando entonces reconoció la voz, girándose rápidamente y viendo al odiado Jack Ryder, que lo miraba seriamente:

-Hola Thomas,tenemos que hablar.

Thomas hizo un ademán hacia la pistola, pero temiendo que fuera alguna clase de trampa, aguanto las ganas de matar a ese hombre y le siguió el juego:

Thomas:¿Ahora quieres hablar? ¿Tras intentar matarme dos veces quieres hablar?!

-Eso era lo que quería explicarte. Lo siento, Thomas, siento todo lo que hecho durante estos pocos años, pero era necesario.

Thomas:Si... yo pensaba como tu, pensaba que nada importante mientras podía conseguir beneficios y poder, sin embargo ahora lo único en que pienso es en tu muerte. En la tuya y en la de todos que son como tu.

-Solo hay alguien como yo y ese soy mismo, Thomas. Pero ese, eso otro tema, respecto a lo anterior,no puedes estar más equivocado, no intentado matarte, sino al contrario, te he salvado la vida.

Thomas:¿!Que¡?

-Las veces en que tus compañeros atentaron contra tu vida, yo manipule los acontecimientos para que tu pudieras salir de ellos con vida, pero que te afectaran lo suficiente, para convertirte en el hombre que eres ahora, en el que hombre que debes ser.

Thomas:¿De que estas hablando?

-Y no lo hago por poder, o por beneficios como tu piensas, sino por que es lo que debo hacer, Jack. Tu, entre todos los demás, no tienes ningún motivos para estar aquí, un error que me gustaría no arreglar, pero no tengo elección.

Thomas: !No se de que estas hablando, Jack, pero esto se acaba aquí! - el iracundo vigilante estuvo a punto de sacar su pistola y dispararle, pero entonces Jack miro hacia la espalda de su ex-compañero haciendo girar la cabeza a este, viendo entonces Thomas los sospechosos movimientos de varios hombres alrededor del salón

-Por fin te has dado cuenta.

Thomas:¿Esto es cosa tuya?¿Que estas planeando?

-No tengo relación en esto, Jack, solo se que es lo que va a pasar. Y tu estas intuyéndolo también, por eso tienes que quedarte, para detener a esos hombres, que eran como tu, de lastimar a más inocentes, a más personas como Rose.

Adivinando lo que iba a hacer su ex-compañero, Thomas estuvo a punto de tratar de detenerle, pero sabía que no podía dejar pasar la posible muerte de inocentes y vio como Jack se daba la vuelta, en dirección hacia la salida:

Thomas: Esto sera lo último que provoques, Jack, te encontrare de nuevo... y te matare.

-No, Thomas, yo te encontrare a ti y una cosa, mi nombre nunca ha sido Jack Ryder, soy The Arranger y mi trabajo... solo acaba de empezar.

Dickinson y la Srta. Molotov se encontraban caminando por el pasillo, ambos se dirigían hacia el salón para la presentación del nuevo invento. La mirada inquisitiva de la Srta. Molotov lo hizo responder.

Dickinson: Pareciera que usted duda de las buenas intenciones de mis acciones, aunque en realidad con la presentación de este nuevo aparato mi objetivo es posicionarme como el primer empresario en tener la primera máquina capaz de cambiar la forma de ver la sociedad, el hombre y el universo inclusive.

Los ojos de la Srta. Molotov delataban su sospecha acerca de los verdaderos motivos que ocultaba Dickinson mientras caminaban en dirección a la presentación.

Débora: Supongo que eso no es todo. Creo que alguien de su talla aprovecharía de una mejor manera tal oportunidad que se le presenta.

Dickinson: Vaya mujer, creo que es bastante obvio, mis intenciones van más haya de lo científico, como empresario nunca dejo pasar una oportunidad de negocio y créame Srta., esta es una grande.

Débora: Entonces, ¿Cuáles son sus objetivos? ¿Y qué uso pretende darle a la máquina?

Ambos llegaron a una esquina, más adelante el pasillo continuaba hasta llegar a una puerta de roble de doble hoja que daba directo al anfiteatro. El Sr. Dickinson aminoró la marcha hasta casi detenerse y miró a la mujer.

Dickinson: Eso Srta. lo sabrá luego de la presentación.

Débora: Espero conseguir una exclusiva de ello.

Dickinson: Por su carácter le aseguro que la tendrá. Ahora si me disculpa, otros asuntos me llaman.

Se acomodó el traje y dio media vuelta emprendiendo camino por el pasillo inmediato. Lo último que alcanzó Débora fueron los lustrosos zapatos del empresario desvaneciéndose por la puerta lateral. La presentación estaba a punto de dar comienzo, y aunque le hubiese encantado averiguar lo que tramaba Dickinson, su prioridad era la máquina. Raudamente se dirigió hacia el anfiteatro. Cuando cruzo las puertas se dio cuenta que este ya estaba lleno, reporteros, fotógrafos e invitados llenaban el anfiteatro, sin embargo el ambiente parecía algo tenso entre el barullo y la expectación.

Débora, comenzó a caminar por el lugar, rápidamente divisó a otra de las eminencias del lugar, el doctor Douglas Blackmore, se encontraba ya sentado para la presentación a su alrededor se encontraban otras figuras a las que resto importancia.

Débora: Sr Douglas, buenas noches. Le importaría una exclusiva para el Daily Day News.

Douglas: Por supuesto, que es lo que necesita saber Srta.

Débora: Dígame, ¿Qué sabe de los detalles técnicos de la máquina?

Douglas: Lo lamento pero eso lo maneja mi colega el Sr Flender.

Débora: Estuve con él, fue un tanto áspero en el trato y no quiso dar detalles de su invención.

Una pequeña sonrisa se dibujo en el rostro del profesor ante la inocencia de la mujer.

Douglas: Si, Gerhart puede ser un tanto arisco con la gente, pero es un muy buen hombre. Por desgracia no fui participe del ensamblaje de la máquina, ni podría decirle todo lo que quiere saber, por otro lado la presentación está por empezar, por qué no toma asiento entre nosotros.

Débora obedeció, la ansias de que empezase la carcomían por dentro, este seria el artículo más importante de su carrera o tal vez el último.

El prestigioso Sr. Flender se encontraba en unos de los laboratorios del edificio, solo, alejado de todo el ruido y el barullo de la prensa. La única luz que se encontraba en la habitación provenía de una lámpara que apuntaba hacia los cálculos y los planos de construcción y ensamblaje del aparato que yacían desorganizados en la mesa de estudio.

Los revisaba preocupadamente una y otra vez, observando detenidamente cada detalle de las ecuaciones frente a él, mientras pensaba en voz alta.

Flender: Puede ser, pero… no creo que… no, no creo que pueda pasar… pero si pasa… a lo mejor si lo reviso una vez más…

En ese momento, alguien abrió la puerta, e irrumpió el silencio del laboratorio el sonido de los pasos de Dickinson, que entraba en la habitación. El empresario se acercó lentamente hacía donde se encontraba Flender, aunque el investigador decidió ignorar la presencia del ente.
Finalmente Dickinson decidió terminar el silencio del lugar.

Dickinson: Lo veo muy inquieto esta noche, ¿Pasa algo, Gerhardt?

Flender: No, nada en realidad.

Dickinson: Esta es la noche más importante de nuestras vidas y a usted lo veo preocupado. Espero no sea por la máquina. Hemos empleado mucho tiempo en esto, y he aportado una gran suma de dinero en el proyecto.

Flender: ¡Por supuesto que no! Le aseguro que nada de mi trabajo puede salir mal. Este proyecto es lo más importante que he hecho y será un total éxito, para usted y para mi.

Dickinson: Eso espero. Prefiero que mantenga esa actitud en todo momento. Ahora, mejor se prepara, la inauguración del nuevo producto va a empezar dentro de poco.

El investigador se acomodó un poco el traje, y se retiro de la habitación.
Dickinson también se decidió por llegar a la presentación a tiempo. Observó la hora de su reloj; faltaban 7 minutos para las ocho de la noche. Con paso decidió, se dirigió hacia la exposición que dentro de poco iba a dar inicio.

En uno de los pasillos que cruzaba, el empresario pudo divisar una figura al fondo que parecía ser un hombre vestido de forma casual, que se dirigía directamente hacia él. Supuso se trataba de un periodista más que trataba de tener una entrevista exclusiva con él, al igual que la mujer que había visto hace poco.

Dickinson: Lo siento, señor. No puedo responder más preguntas, ni tengo tiempo para una entrevista. Por favor, diríjase hacia el salón donde se realizara la presentación.

El señor de pronto saca una pistola con silenciador y se la apunta hacia Dickinson. Ante la inminente amenaza, decidió cumplir las órdenes del sujeto.

Desconocido: Dese la media vuelta y diríjase hacia la salida.

Dickinson: No es necesario eso, por favor, deje el arma. Si quiere, puedo hacer que trabaje para mí, solo dígame quien lo contrato y le aseguro que le pagaré bien por sus servicios.

En ese momento, apareció Neill, que iba en busca del resto de los hombres que trataban de sabotear la presentación. Al ver lo que ocurría, decidió tomar acciones.

Neill: ¡Quieto allí!

En cuanto el hombre se distrajo, Mathew le dio un fuerte codazo en el plexo solar, y lo dejó momentáneamente inconsciente en el suelo. Neill le quito el arma que se cayó al suelo.

Neill: ¿Se encuentra bien, señor?

Dickinson: Si, gracias. Que bueno que llegara a tiempo.

Neill: Señor, creo que hay aún más infiltrados en el edificio, además de este. Deberíamos evacuar de inmediato el establecimiento, o puede que alguien salga herido.

Dickinson: ¡Nada de eso! No vamos a estropear el progreso de un proyecto de años de investigación y arduo trabajo. No quiero que informe nada sobre esto, ni que nadie se de cuenta de lo que acaba de pasar.

Neill: Señor, tenemos que sacar a la gente, es importante que…

Dickinson: Yo le digo lo que es importante. Este proyecto ES importante, así que no quiero que haya más problemas. Cuando despierte el hombre, interróguelo y averigüe quienes son los otros intrusos y cual es su plan. En cuanto termine de interrogar, elimínalo, y al resto de sus compañeros también, y utilice el arma con silenciador.

Neill: ¡¿Eliminar?! Pero…

Dickinson: Solo cumpla las ordenes que le di, y seguramente recibirá su debido pago. Sino, le aseguro que se arrepentirá por no haber cumplido sus obligaciones.

Dickinson se retiró del pasillo, mirando la hora en su reloj, dirigiéndose de vuelta a la presentación y dejando a Neill en el pasillo.

Había realizado el peor error en su vida.

Thomas había visto y escuchado lo suficiente para poder actuar. Los había visto discutir desde lejos pero solo pudo escuchar el final de su conversación, cuando se acerco lo suficiente:
“
Dickinson:...plan. En cuanto termine de interrogar, elimínalo, y al resto de sus compañeros también, y utilice el arma con silenciador.

Neill: ¡¿Eliminar?! Pero…

Dickinson: Solo cumpla las ordenes que le di, y seguramente recibirá su debido pago. Sino, le aseguro que se arrepentirá por no haber cumplido sus obligaciones. “

“Parece que el trajeado es el cabecilla del grupo y ese guardia, debe ser uno de los terroristas disfrazado, o quizás simplemente lo han sobornado, pero eso no importa los dos tipos caben en mi lista” pensó Thomas, mientras caminaba agazapado hasta Neill, quién miraba el cuerpo meditabundo del hombre inconsciente con la pistola con silenciador en la mano, lo que permitió al vigilante acercarse bastante hasta el guardia, pero justo cuando estaba a menos de un metro, Neill giro su cabeza para confirmar que no le veía nadie, descubriendo a Thomas, que se lanzo contra él, golpeándole la mandíbula con su puño y siguiendo con varios puñetazos más, sin embargo el guardia a pesar del factor sorpresa, supo reaccionar lo suficientemente rápido como para golpear la pierna de su oponente, haciéndole tropezar y así detener su ataque. Sin embargo, solo por un momento, pues la furia de Thomas era tan grande, que tras perder a su presa más peligrosa, solo quería desquitarse eliminando a esos terroristas, por lo que ignoro el dolor y embistió al guardia, haciéndole chocar contra la pared, no obstante con un fuerte rodillazo, Neill pudo quitárselo de encima el tío suficiente como para tratar de coger la pistola con silenciador, sin embargo vio demasiado tarde que el otro hombre se había despertado y no pudo evitar que le impactara su codo con su nuca, cayendo atontado al suelo.

Thomas, quién ya se había recuperado, se situó al lado del caído Neill y se agacho para recoger la pistola caída.

Desconocido: Esto casi se nos sale de las manos,menos mal que llegaste a tiempo, aún podemos completar la operación a tiempo y terminar con...- el hombre enmudeció al ver el rostro de Thomas, cuyo maquillaje dejaba ahora ver pequeños rastros de las quemaduras del verdadero rostro- Tu no eres un guardia, ni de los nuestros tampoco... ¿quien?

Thomas: Ah,mierda...

La cabeza del desconocido recibió entonces el mortal proyectil de manos del vigilante, que se había dado cuenta del error que había cometido, haciéndole perder un tiempo valioso y encima arruinando su maquillaje. Aunque esto último no le importaba demasiado, pues no le gustaba nada esconder su verdadero rostro de esa manera,haciendo parecer como si las quemaduras que le habían salvado no existían... así que no tardo mucho en quitarse el resto del maquillaje e ir colocándose las vendas, justo cuando Neill se levantaba, pero no obstante, no trato de atacar a Thomas, sino que dijo :

Neill: ¿Era necesario que lo mataras?

Thomas: No había tiempo para reducirle ni creo que nos hubiera hablado de sus planes, así que si.

Neill: Escuche lo que dijo ese hombre antes de que le dispararas ¿ quien... Un momento, esas vendas...ese rostro... Tu eres Thomas Llawton.


El jefe de seguridad reconoció por las fotografiás de los periódicos al vigilante que había azotado durante años a los criminales por todo el mundo, un mafioso en busca de venganza.

Thomas:Por desgracia.

Neill:¿ Que haces aquí?¿ Has venido a detener a los terroristas?

Thomas:No, vine por otro motivo, que se ha escapado, pero cuando me di cuenta de lo que pasaba, no podía quedarme sin hacer nada e intervine.

Neill: Ya, claro... -El jefe de seguridad pensó en lo que podía hacer: El vigilante no era de fiar y no podía dejarlo suelto por ahí, pero había visto lo que podía hacer y no podía perder tiempo en otra pelea y además necesitaría toda la ayuda posible para detener lo que sea que planearan, por lo que parecía que no tenía más remedio que seguir junto a él- Entonces tenemos que encontrarlos y detenerlos antes de que sea tarde.

Thomas:Quizas ya lo sea...

En cuanto Derek y Cox y se retiraron, la Dra. Inram discretamente siguió al grupo de oficiales. Entre la multitud vio a un hombre corpulento y con cicatrices en la cara que platicaba calurosamente con otro sujeto que parecía de cuidado, siguió avanzando, en el baño se escuchaban altercados, no intervendría. "Esto será muy divertido" pensó. Aunque sabía que en un acontecimiento como este causaría un gran revuelo no creyo que todos empezaran a descubrirse tan pronto.
Su mision era clara y precisa: robar la informacion de la maquina, llevarla a su país natal y sabotear la que se encontraba en Alemania, justo la que presentarían esta noche. Desde luego no sería la única que intentaría hacerse de información tan valiosa, por lo tanto no sería fácil. Sin embargo no permitiría que otros le ganaran. Escucho ruidos en el baño "Tranquila y no desesperes, aun no es momento para entrar en acción", vio salir a un grupo de hombres armados y corriendo. Escucho a su espalda el martilleo de una pistola

--Se te perdió algo, entrometida?

Volteo y vio un hombre corpulento disfrazado de guardia de seguridad apuntándole con un arma que encima traía silenciador, calculó el tiempo que tenía antes de que él pudiera dispararle. Con su brazo cercano golpeo el arma para desviar el tiro y con el otro golpeo la cabeza contra la pared. Antes de que pudiera incorporarse el hombre ya había recibido un par de patadas en las espinillas, rodillazos en el abdomen y otras partes bajas, y un golpe más en la sien. El sujeto estaba inconsciente.

--De hecho si, y no es forma de tratar al turismo

Salió del baño un hombre alto, corpulento de piel blanca quien algo sorprendido observo la escena, ella se puso a llorar.

--Estaba en el baño, y dos hombres empezaron a pelear, tuve miedo de salir, cuando dejaron de hacerlo salí y ¡mire esto!

-- Estos baños no son para el público

--¡Pues eso deberían de avisar!

--La conferencia está por iniciar, la acompaño a la sala, señorita.

--Oh, se lo agradecería mucho, estoy muy asustada.

Caminaron por un pasillo largo, parecía el de una bodega.

--Así que es aquí donde mi querido amigo Douglas ha trabajado todo este tiempo, la verdad no lo envidio.

--No entiendo cómo pudo perderse, las señales son muy claras.

--Desde luego, están en un alemán muy claro.

--¿Lleva mucho tiempo trabajando para el proyecto?

Silencio

--No he podido ver a mi amigo desde que llegue, ¿podría conducirme hacia su oficina?

Silencio. Ya se podía ver la sala de prensa.

--Ok, grandulón, sí lo prefieres puedes dejarme aquí, conozco el camino y ya no me perderé. ¿Cuál es el nombre de mi salvador?

-- Me llamo Alan Neill, y yo no hice nada.

--Te lo agradezco Alan Neill—Se acerco y le dio un beso en la mejilla, le dirigió una sonrisa y siguió caminando coquetamente con dirección a la sala. “Maldición, tendré que esperar a que se presente otra oportunidad, buscaré del otro lado de la sala”

Día de la Presentación 5:00 a.m :

Mi nombre es Derek Jeter, y hoy, puede ser el día más importante de mi corta carrera como periodista, o quizás el peor, la cosa es que son las 5 de la mañana, no he dormido mucho, maldito Starcraft, si, la noche anterior al día más esperado del año, o del siglo como le llaman, me la pase jugando varias partidas online de Starcraft 2, si mi prioridades están mal, pero no tenía ganas de escribir algo, y sinceramente, creo que lo de hoy será un fiasco total, pero, mi editor me obligo a , bueno, ir.

Tocan la puerta, maldición, quien toca la puerta a las 5 de la mañana, justo en mitad de una orda de Zerg’s, en fin, iré a ver.

Casero: Derek, aun sigues despierto? Necesito hablarte un momento!

Derek: >abriendo la puerta< Si, sigo despierto, recuerda, trabajo en casa, de que se trata, creo haber pagado el alquiler.

Casero: Si, lo hiciste, pero la señora Flim se queja de que no la dejas dormir con tus insultos a alguien, veo que estas solo, no es raro, así que asumo que son tus amigos del Internet, por favor juega en silencio es todo…

Derek: Ho dios, con los auriculares olvido que la sorda y senil señora que no escucha ni lo que piensa me puede oír a las 5 de la mañana, lo tendré en cuenta…

Rayos, perdí mi partida numero 3 seguida, gracias señora Flim, creo que es hora de ir a “evento” que cambiara el destino de la humanidad tal como la conocemos, de solo pensar las implicancias filosóficas y morales de dicha maquina me emociono, pero como espero, de verdad espero sino me aburriría, un evento de este calibre traerá gente, no deseada, aparte de mí, bañarme o desayuno, las dos cosas no se pueden hacer, escojo bañarme, el hambre, comeré algo en el camino…

2 horas después:

No me quieren responder mis preguntas, extraño, la cantidad de gente encargada de seguridad la aumentado, algo no anda bien, por un momento abandono mi trabajo de periodista de ciencia, para dedicarme al periodismo de verdad, no es que le primero no sea de verdad, pero les va mejor a los que escriben sobre crímenes, que a los que escriben sobre las maravillas de un acelerador de partículas, morbo humano, se vende más un periódico que habla de homicidios que esto, como sea tenía razón, alguien intentara boicotear la presentación, rayos ahora tengo sentimientos encontrados, quiero que pase algo para tener algo de valor que escribir para que mi editor no me crucifique, pero no quiero verme involucrado en algún caso de boicot científico, me hubiera quedado jugando Starcraft.

No . . . almenos no aun. –Dijo el maestro Da Bao.

Daniel volvió la cabeza hacie el maestro Da Bao, y mi miro hacia el salón, solo vio gente, invitados, y personal de vigilancia, algunas edecanes que acomodaban a cada uno de los que entraban en sus lugares designados.

-Es un evento importante, Dickinson ha invertido mucho dinero, el invento es revolucionario, literalmente es algo que puede cambiar el destino de la humanidad- Dijo Daniel.

-Eso es algo muy riesgoso, ¿que evitara que se cambie la historia?, ¿que el hoy tal como lo conocemos deje de existir en un abrir y cerrar de ojos?- Dijo Cox.

-Pues si las cosas ocurren como en “el sonido del trueno” el cambio ocurriría gradualmente- Replico Daniel.

-Eso de las paradojas temporales lo han explotado los autores de ciencia ficción hasta el artasgo, no te ofendas Daniel- Dijo Cox.

-Si, lo se, es un recurso común, sobretodo cuando quieres explorar posibilidades históricas, y miranos aquí en primera fila para ver el funcionamiento de la primera maquina del tiempo, aun a pesar de que Steven Hopkins dijo que era imposible- Rio Daniel mientras volteaba a dar otra mirada al salón que rápidamente se llenaba

Daniel Strauss miro alrededor, algo le inquietaba; demasiada gente, todos ello eran invitados, no, ellos, ellos debían pasar por un filtro, solo personas invitadas, el personal de vigilancia, ellos, ellos debían vigilar la gente, evitar posibles inconvenientes, ellos . . . . ellos . . .

-Maestro Da Bao, usted tiene razón, algo va a pasar, debemos buscar a Dickinson, debemos advertirle, vamos Cox, acompañame- Dijo Daniel jalando a Cox del antebrazo mientras seguía al maestro.

-Aun no entiendo ¿Qué es lo que esta mal?, digo, hay mucha vigilancia, no puede pasar nada ¿o si?- Se quejo Cox

-Observa, hay personal de vigilancia extra, han asumido posiciones de control sobre puntos crusiales, estos controlaran a los guardias en un momento especifico, el enfrentamiento es inevitable, y ocurrirá en cualquier momento.

-Debemos avisar a seguridad antes de que lo que valla a pasar ocurra- Dijo Daniel.

-No, no podemos, ya todo esta en marcha, a lo mas que podemos aspirar es a poner a salvo a la mayor cantidad de personas posibles.- Dijo el maestro Bao.

-¿Quiere decir que habrá disparos?- Interrogo Daniel.

-Son personas con armas dispuestas a todo, la violencia es inevitable- Repondio el maestro.

-Esperen y si hacemos lo que hacen los adolecentes para saltarse las clases, digo activar la alarma de incendio, eso haría que la gente desalojara el piso y además traeria policías y bomberos, eso ayudara a detener a los terroristas.- Dijo Cox.

-Mira tu, si solo tienes la cara; necesitamos hubicar la alarma, debe estar quizás por ese pasillo, dijo Daniel señalando hacia un constado donde una placa indicaba que se encontraban los baños.

El trio comenzaba a avanzar cuando un hombre que portaba un gafete de seguridad se acerco a ellos.

-Deben regresar a sus lugare, el inicio de la presentación es inminente- Dijo el guardia.

-Queremos hablar con Dickinson, hay algo importante sobre la presentación- Dijo Daniel.

-La presentación esta preparada y todo esta bajo control- Deben regresar a sus lugares- Dijo El hombre de seguridad.

-¿Acaso sabe usted cuanto personal de vigilancia ha sido asignado a la presentación?- Interrogo el maestro Bao.

-Lo siento, esa información es privada-

-Entonces revise, los lugares y las personas asignadas a esos lugares, solo revise si las posiciones y el personal asignado esta en donde deben estar- El maestro Bao encaro al guardia, su expresión serena desconcertó al guardia.

-Revizare el rol del personal, pero debo insistir en que regresen a sus lugares, la presentación ya iniciara pronto-

El hombre de seguridad se dio la vuelta y se alejo, Cox y Daniel miraron al maestro, este giro la cabeza y les sonrio – Debemos continuar con la idea del señor Cox-

Continuara…

La mirada de Douglas se dirigió, tras bambalinas, a las primeras butacas vacías de la sala.
Douglas se apremiaba sobre su discurso, pero la ausencia de sus invitados prendió sus focos rojos sobre la situación que reinaba afuera.

El maestro Bao y Daniel se habían apartado de sus lugares y no lograba divisarlos, la paranoia que los había atrapado ahora también empezaba a apoderarse de él. Miradas furtivas, cuchicheos en su dirección y exceso de personal de seguridad, eran ideas que empezaban a inundar su mente mientras el discurso entre sus manos se humedecía gradualmente.

El profesor Flender por su parte se encontraba camino al salón cuando una figura cubierta por la bata de trabajo cruzó con él; apenas había podido divisar su rostro, pero le había parecido conocido, aunque no podía ubicar su procedencia.

Flender: Deja vú

Si también el escalofrío reglamentario recorría su espalda y sumergía sus brazos en un trémulo movimiento apenas imperceptible.

Dickinson: Todo listo profesor, este es nuestro día, la bolsa ha catapultado mis inversiones solamente por la tensión del momento, la especulación ha sido favorable y usted y el profesor Blackmore quedarán en los anales de la historia.

Flender: Se da cuenta, Mathew, a partir de nosotros una revolución científica se dejará ver; casi puedo oler un nobel por aquí.

Dickinson: Estoy seguro de ello Dr.- girando el rostro- pero anímese Douglas, su contribución con el programa lingüístico no quedará relegado se lo aseguro.

Douglas: No es eso lo que me tiene tan ofuscado, es que parece que la paranoia de algunos de los invitados ha llegado a contagiarme… eso es todo.

Dickinson miró inquisitivo al profesor pero se guardó sus comentarios.

Dickinson: Esa es mi entrada ustedes siéntense en la mesa y yo haré los honores con el discurso inicial; estén listos caballeros millones de personas deben estar a la expectativa, no los defraudemos.
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La computadora principal de la máquina- una rondana que podía capturar datos y realizar cálculos estratosféricos en segundos- se encontraba parpadeando levemente después de ser prendida.
Una mano rozó levemente el foco y en forma de datos holográficos empezaron a saltar en una pantalla virtual frente a él millares de números y códigos que se desprendían unos de otros cada vez que la mano acariciaba la pantalla virtual.
Un ligero tecleo modificó algunos datos y extrajo otros de la pantalla, que se cerró automáticamente de su ubicación.
La figura desapareció, dejando la bata en el suelo, y se mantuvo al margen del salón de eventos, en una terraza vacía, abandonada por el inminente inicio de la conferencia.
Un cigarrillo entre sus labios. Aspiró profundamente el humo y dejó pasar el tiempo en tanto se consumía entre sus dedos la nicotina recién probada.
En medio de la soledad ingirió una cápsula con un vaso de agua y reanudó la inhalación del delicioso sabor del tabaco ligero.
Gritos y gemidos; disparos y metralla; golpes y destrucción. Y después nada: su mirada perdida hacia el horizonte, la ceniza del cigarro recién retirada detenida en el aire junto al vuelo de algunos canarios de color pajizo cuyo vuelo se volvió inmortal.
La cápsula recién digerida comenzó a brillar y el parpadeo regresó a los ojos extraviados de su dueño, sus piernas pudieron moverse otra vez para dirigirse hacia la salida, pero la ceniza no alcanzaría al anhelado suelo y el viaje majestuoso por los aires se hallaba suspendido hasta nuevo aviso…

Distracción, barullo, paranoia, el suficiente tumulto que necesitaba para colarse en la parte de atrás y ser la primera en atisbar la maquina, Débora sacó su cámara de foto, siempre la llevaba consigo y esta era una ocasión especial, se levanto de su asiento, de todas formas ya no había nadie sentado.

Comenzó a caminar en direcciona la tarima, subió al escenario. Tras la cortina todavía no se encontraba nadie a la vista, la maquina era impresionante, los años de trabajo se veían reflejados, pero no era la única que quería tener un primer vistazo del invento, una figura femenina se hacia presente, alguien se le había adelantado.

Débora: Veo que no soy la única impaciente, ¿verdad?

La mujer no respondió, ni se dio la vuelta, Débora pudo ver en su nuca una extraña marca, la mujer se levanto el cuello de su abrigo.

Débora: Soy Débora Molotov, reportera del Daily Day News, supongo que también eres otra reportera o alguna de las invitadas…

En ese instante ingreso otra figura, era Dickinson.

Dickinson: Wow, señoritas, no deberían estar aquí. – La expresión de Dickinson era distinta que al principio, el tipo apacible y calmado del principio había desaparecido - Será mejor que vuelvan a sus asientos, una llamada y puedo hacer q mi guardia las eche del edificio.

Debora: Lo lamento, enseguida nos vamos.

Dickinson las miro marcharse con una fría mirada, se acomodo la corbata, miró por ultima vez su reloj, una enorme sonrisa de triunfo se apareció en si rostro, y se dirigió al escenario.

Apenas se fue, otra persona ingreso a la sala, estaba vestido con una bata blanca, se acomodo las mangas y se acercó a la maquina.

El trío, Bao, Cox y Daniel continuaron su camino, haciendo caso omiso de las advertencias del guardia que anteriormente los había encarado...

Daniel: La alarma debería estar por aquí cerca, de hecho debería haber más de una.

Cox: Tranquilo la alarma debe estar cerca, después de todo para que este edificio se lograse poner en marcha debería tener todo lo correspondiente, tú sabes, baños alarmas de incendios, todo eso.

Una expresión de tranquilidad tenia el maestro Bao en la cara, un hombre inquiebrantable, a pesar de nunca haber estado en lugares con mucha gente, estaba muy tranquilo, para la paranoia que se había generado la paz que emanaba el hombre era perturbante.

Daniel: ehh...Maestro Bao, usted siempre ha estado en el templo?...

El monje no se precipitó. a contestar, se tomo un tiempo, algo bastante molesto para quienes acostumbran a querer obtener respuestas inmediatas

Bao: La verdad es que sí, siempre he estado en el templo, solo que ahora el Monje líder del templo autorizó mi viaje a este lugar, conocí al creador de la máquina cuando este viajó a China, un hombre que intentaba buscar paz, este llegó a mi, y bueno, el me invitó a venir.

Los tres hombres encontraron la alarma de incendios en un corredor, cuando se proponían a activar la alarma, un guardia de decidida miranda, arremetió contra ellos, sin ningún tipo de advertencia, el Monje se logró apartar, haciendo que el Guardia fallara.

Guardia: Nada puede salir mal ya, de hecho el plan está en marcha, ninguno podrá detenerlo, ni dos periodistas, ni un pelado!.

Daniel y Cox miraron al monje, el monje con una expresión serena aún, el guardia intento atacar nuevamente al Monje, esta vez el monje bloqueo el golpe, una rápida patada se situó en la cara del guardia, quien en en un instante ya estaba fuera de combate, el monje, respiró profundo, junto las manos e hizo una reverencia al guardia quien yacía en el suelo, Daniel y Cox se miraron, ambos asintieron y procedieron, a apretar el botón. La alarma no sonó, no pasó nada, ya todo estaba hecho, los creadores de la máquina y el inversionista ya estaba listo para dar comienzo a su discurso, la alarma no funcionaba, los guardias estaban en posición, ya todo...Estaba en Marcha...

Daniel y Cox se miraron, miraron al monje y este replicó.

Bao: Hay cosas en las cuales no se puede intervenir, quizás no porque no esté en nuestro poder el evitarlo, si no porque son cosas, que tienen que pasar.

Cox: Lo mejor será ver algún lugar donde podamos ponernos a salvo...

Bao: El pensamiento es egoísta, debemos ir al salón principal, si hay algo que podamos hacer, llegará el momento.

Los 2 estuvieron de acuerdo y prosiguieron su camino, el Monje sentía algo raro, no era la paranoia, no era la inminente "amenaza", solo era que sentía su collar más pesado.

Dickinson estaba preparado y dispuesto con total seguridad a realizar la introducción del invento que ha causado gran conmoción los últimos momentos. Lo único que podía divisar en la sala era el flash de las cámaras que lo bombardeaban a cada segundo. En cuanto empezó, toda la sala se agitó.

Dickinson: Damas y Caballeros, invitados especiales y querida prensa, nos encontramos en una importante fecha este mismo día, ya que puede van a presenciar en persona algo que se creía imposible de lograr. En este momento, vamos a romper las barreras de la imaginación, gracias al gran apoyo de nuestro equipo, en especial, al Sr. Gerhardt Flender y al Sr. Douglas Blackmore, que sin cuyo apoyo, este proyecto no hubiera sido posible.

En cuanto a Douglas, se encontraba bastante nervioso a estas alturas, y de vez en cuando un escalofrío pasaba a través de su cuerpo; por alguna razón, no quería estar presente esa noche. Dickinson miraba a Douglas, dándole la señal para que pasase al frente y diera su parte del discurso. Douglas pasó lentamente al frente, la transpiración recorría todo su rostro, mientras el empresario le daba el paso.

Douglas: Gracias a usted, Sr.Dickinson, por su colaboración financiera.
…Durante la historia del hombre, hemos dejado en distintas formas los rastros y las huellas de nuestras culturas pasadas, de nuestras vidas, de los grandes momentos de la humanidad, ya sea en forma oral o impresa, a través del arte o por medio de simples leyendas…

Las palabras no podían salir de su boca, por un corto momento quedó mudo, y miró a Dickinson, que observaba al historiador con una mirada amenazante. Tenía que proseguir con el discurso.

Douglas: Sin embargo, estas pistas, estos documentos, han sido siempre meros rastros del hombre, solo la sombra de lo que fueron, solo mostraban una pequeña parte de todo el rompecabezas incompleto de las sociedades pasadas. A partir de hoy, les mostraremos las piezas restantes de ese rompecabezas, la información que ha sido oculta a través de eras…
Bueno, será mejor que lo vean por vuestros propios ojos…

Entonces dos ayudantes que se encontraban en el fondo de la sala abrieron las cortinas que impedían la vista al aparato que todos estaban esperando impacientemente.

Dickinson habló con voz potente al extenso grupo de la habitación.

Dickinson: ¡Les presento la primera y única MÁQUINA DEL TIEMPO!

Lo primero que logró divisar la gente de la sala era un aparato cubierto de metal, que poseía en su programación distintas funciones, y que tenía a un costado, un ordenador que permitía calcular distintas fechas y códigos.
Se podía escuchar un gran barullo entre la gente, había mucha emoción entre ellos, unos admiraban el gran trabajo, mientras que otros lo cuestionaban, y hasta se podían escuchar las burlas y risas de algunos. En cuanto a la prensa, varias personas prestaban su atención hacia el invento, tomando fotos incesantemente o haciendo largos apuntes sobre él, y realizando una larga lista de preguntas hacia los tres hombres presentes al frente.

Dickinson le dio la señal a Flender para que activase la máquina, mientras se dirigía de vuelta al frente para tranquilizar un poco al tumulto de gente.
Flender activó la máquina, que mostró una pantalla holográfica frente a él, y modificando algunos datos, mostró hacia todos la maravilla que se hacia presente. La máquina reprodujo una especie de portal, y en cuanto la programó, mostró distintas imágenes de épocas pasadas. Todo el mundo había enmudecido frente a esto, solo podían admirar la secuencia de imágenes en el portal. Una sonrisa se había dibujado en los rotros de Flender y Dickinson.

Sin embargo, Douglas miró con detenimiento a la máquina, que presentaba extrañas señales, y rápidamente agarró el brazo de Flender, quién se puso a examinar rápidamente. Llamaron a Dickinson, para explicar la situación. Una mirada de preocupación se hizo presente en los tres rostros.

Flender: Dickinson, algo mal está sucediendo con la máquina, está muy inestable.

Dickinson: Este no es momento para ese tipo de problemas ¿Acaso no puedes repararlo?

Flender: Yo creo… que no. Algo sucede con la máquina… es irreparable.

Para cuando Flender terminó de decir esto, lo único que pudo divisar Douglas fueron unos inminentes resplandores que aparecieron en toda la sala. Varias personas vestidas de negro habían entrado a la habitación; estaban utilizando máscaras negras que evitaban visualizar sus rostros, y habían bloqueado todas las salidas posibles. Todo el mundo se
había colocado contra la superficie en cuanto aparecieron.

Esta vez, el miedo de Douglas había aumentado hasta quedar totalmente paralizado, en especial cuando una de esas personas le había apuntado directamente a su cabeza con un arma, y amenazándolo.

Terrorista: Tírate al suelo, y puede que no te lastimemos.

Douglas, que aún no podía procesar lo que estaba pasando, seguía sin poder mover un músculo. Finalmente, el terrorista le acertó un golpe con el arma que sostenía, dejándolo e el suelo, pero sin lesiones graves.

Finalmente pudo analizar la situación. Veía a toda la gente de la sala tirada, y pudo ver que en cada una de las puertas se encontraban los “oficiales” a cargo de proteger las entradas. Miraba, y comprendió que también se encontraba entre la multitud, gente que debió pertenecer al mismo operativo, gente que lucían como periodistas o científicos, pero no pudo observar sus rostros con detenimiento. Pudo observar también que uno de los varios terroristas (no podía saber cuantos con exactitud), era la que organizaba todo la operación, al parecer, era una figura femenina.

No entendía con exactitud lo que decían, pero entendió que querían llevarse a la máquina, y tomar como rehenes a Flender, Dickinson y el mismo.

En ese momento, apareció un pequeño grupo de seguridad que trató de traspasar por una de las puertas, abriéndolas por la fuerza; entre todo el equipo se encontraba Neill.

Neill: ¡Quietos!

Uno de los terroristas agarró a Dickinson y le apuntó con un arma a la cabeza.

Terrorista: Si se acercan, lo mato. Ahora, bajen las armas.

El grupo de terroristas y las armas que poseían superaban a las del pequeño grupo de oficiales. Dickinson dio una señal para que bajen las armas, y los guardias finalmente se rindieron.
Los terroristas tomaron a los guardias, los revisaron, y luego continuaron con su operativo.

Ese momento jamás iba a ser olvidado por ellos.

David estaba en uno de esos momentos en los que desearía estar colgado de los pies de una frágil rama para fotografiar un ave en lugar de estar ahí. Por mas que intentaba pensar en una estrategia no podía hacer nada sin arriesgar la vida de otras personas. Entonces opto por intentar dialogar-¿Que buscan señores?-uno lo miro extrañándolo-Eres estúpido ¿no?- dijo el terrorista.

David: ¿Realmente piensan que eso viaja en el tiempo?. Es imposible los científicos siempre exageran con sus descubrimientos-El terrorista lo golpea en el estomago y David cae.

Terrorista: Realmente no tienes idea de nada de lo que sucede eh?. Callate y quizas salgas ileso.


David aun intentaba pensar en algo pero la duda sobre si la maquina realmente hacia lo que decían era cierto o lo que dijo Dickinson fue solo una manera de impactar.Pues la verdad se encontraba a solo minutos y a la ves a años.