1º Capitulo:Road to Hell

Andrew: Pero… no puede ser… ¿cómo?

Carlos: ¡Date cuenta! Debió envenenarnos o algo así mientras estuvimos inconcientes, y el antídoto a lo que sea que nos haya metido está en la saliva de los perros.

Andrew: No, no puede ser…

Carlos: ¡Demonios! ¿Entonces que otra explicación le encuentras a esto?

Andrew: No, no es que no tenga sentido. Es que estamos adivinando. ¿Y si te equivocas? ¿Qué tal si voy y me dejo morder por un perro, y en realidad me estoy condenando?

Carlos: Si la mordida de los perros tuviera algo malo, ya lo sabríamos, ¿recuerdas?

Carlos le muestra a Andrew su mano, en la que tiene una improvisada venda hecha con un jirón de ropa.

Andrew: ¿Y que tal si simplemente me hizo daño la carne de oso y los efectos negativos de la mordida aún no comienzan a manifestarse en ti?

Carlos: Mira Andrew, se que tienes miedo, pero debes admitir que lo que tienes no es un simple problema del estómago. ¿De verdad quieres esperar a ver que pasa? ¿Qué crees que ocurra primero, que yo empiece a desfallecer o que tú termines muriendo?

Andrew bajó la vista, tratando de pensar claramente, aunque su condición actual lo hace muy difícil.

Andrew: Está bien. Vamos a buscar a un jodido perro para que me muerda. Pero donde terminemos convertidos en zombies, te meteré una cierra eléctrica encendida por el culo antes de morir.

Carlos: Me parece un buen trato, vamos.

Andrew: Pero, ¿y que hay de los demás? También deberían saber esto.

Carlos: Tienes razón, habría que dejarles un mensaje…

Luego de unos segundos de pensar en silencio, Carlos se sacó el cinturón del pantalón y utilizó la hebilla de metal del mismo para raspar la superficie de una de las paredes del túnel, de modo que quedara grande y visible el mensaje:

Andrew: Bueno, donde te hayas equivocado no solo la felparemos nosotros, sino todo el grupo.

Carlos: Siempre y cuando pasen por éste túnel. Éste lugar es un jodido laberinto.

Luego de esto, siguieron avanzando, Carlos ayudando a Andrew a andar, y ambos gritando en pos de sus compañeros, con la esperanza de atraer a algún perro de paso.


Diana, Steve y Roland avanzaban por los túneles. Los tres se encontraban bastante cansados aunque realmente no habían andado tanto, pero ninguno de los tres quiso decir algo, pues no querían entorpecer el avance del grupo.

Steve: Mierda, estoy casi seguro de que ya pasamos por aquí.

Diana: ¿Cómo puedes saberlo? Yo veo todo éste lugar idéntico.

Roland: Hemos tratado de andar lo más recto posible, dudo que estemos avanzando en círculos.

En eso estaban cuando Roland, que iba al frente, dio la vuelta a una esquina, y para su sorpresa frente a él había un perro.

Tanto por que Roland no era del tipo luchador y tenía malos reflejos, como porque el veneno que no sabía que tenía en su cuerpo lo entorpecía, cuando el perro se arrojó sobre él, Roland no pudo reaccionar lo suficientemente rápido como para hacer algo. Apenas levantó un brazo, que fue lo que el perro aferró con brutalidad.

Diana solo supo soltar un grito de sorpresa y horror, y Steve, reaccionando lo más rápido que podía en su condición actual, soltó una patada fuertemente contra la cabeza del animal, lo suficientemente fuerte como para que el perro soltara el brazo del doctor.

Sin embargo, el golpe no había sido lo suficientemente fuerte como para atontar al perro, y éste ya estaba de pie y enseñando los dientes amenazadoramente cuando Steve pensaba acercarse y matarlo de un pisotón, como había hecho con el perro anterior.

El perro gruñía y ladraba furioso, debatiéndose entre si debía luchar o huir, pues el hambre también lo había debilitado, pero a su vez lo había colmado de impaciencia.

Steve tampoco se movía, pues esperaba a que el perro hiciera el primer movimiento y saltara sobre él, momento que aprovecharía para abatirlo en el aire de una patada o un golpe.

Pero el miedo del animal pudo más al final, y el perro echó a correr en dirección opuesta.

Steve: Mierda, espero que el cabronazo no vuelva con amigos, que es fácil cargarse a un perro, pero si vienen en grupo…

Entonces Steve vio que Roland estaba recargado contra la pared, vendándose el brazo con la manga de la camisa como venda, y con Diana asistiéndolo.

Steve: Mierda, doc, la cagaste.

Roland: Si, bueno, mis reflejos no son tan buenos, y nunca he sido del tipo de acción.

Steve: Es mas serio que eso. Tú escuchaste lo que dijo el loco que nos metió en esto. Los jodidos perros pueden propagar el virus a mordidas.

Roland: ¡Pero eso es imposible! Tal vez los animales no se levanten de entre los muertos, pero llegué a ver como animales mordidos terminaban muriendo. Los animales no son inmunes al virus como para ser solo portadores.

Steve: No pienso arriesgarme, viejo.

Diana: ¿Y que propones que hagamos entonces?

Steve: Bueno. Lo ideal sería matar a Roland antes de que se convirtiera en una amenaza para nosotros.

Hubo un segundo de silencio y tensión.

Steve: Pero yo no soy un asesino a sangre fría, y no mataría al doc a menos que él mismo me lo pidiera. Pero sigo pensando que es una amenaza para la seguridad de los no infectados. Deberíamos dejarlo aquí.

Diana: ¡Si lo dejamos solo, los perros lo matarán! No podría lidiar con ellos en éste estado.

Roland ya había terminado de atenderse la herida, la sangre se había detenido y ahora solo sentía tenía el brazo inmóvil y un ligero escozor en la zona de la mordida, pero ninguna señal de fatalismo.

Roland: Fue una mordida algo profunda, los efectos de la mordida como la fiebre y la pérdida de sensibilidad ya deberían comenzar a manifestarse. Pero no, me siento bien. Mucho mejor que hace un rato, de hecho…

Steve: Lo siento tío, pero para mi que solo nos dices eso para tranquilizarnos, y yo no se la chica, pero yo no voy a seguir caminando por unos túneles oscuros acechados por jodidos perros hambrientos y letales, en compañía de un tipo que podría querer comerme de un momento a otro.

Diana: ¿Pero y si el tipo de los altavoces estaba mintiendo?

Steve: Yo no pienso tomar ese…

Steve no pudo terminar la frase. Un fuerte mareo lo golpeó de pronto, y tuvo que sostenerse de la pared. La cabeza le daba vueltas y el cuerpo le dolía.

Luego de unos segundos, se sintió lo suficientemente bien como para volver a hablar.

Steve: Entonces jódanse, yo seguiré solo.

Y sin esperar una respuesta avanzó por un túnel diferente a por el cual se había ido el perro, dejando a Diana y a Roland solos, la primera aún débil y enferma, mientras el segundo, aunque se sentía bien, tenía un brazo inmovilizado.


Mientras tanto, en el interior de la base, el dueño de aquella voz que le había hablado al grupo por los altavoces, aquél que había orquestado toda aquella locura y que se hacía llamar Guerra en éstos momentos, se encontraba en el cuarto de control, mirando el desarrollo de los acontecimientos através de las cámaras que había por todo el complejo, y en los túneles debajo del mismo.

Guerra: ¿Sabes una cosa? Éste grupo me ha sorprendido bastante. Es decir, no esperaba que se dejaran matar por los perros ni nada parecido, después de todo si han llegado hasta aquí en las condiciones en las que está el mundo actualmente, es que son luchadores supervivientes y se aferran a la vida.
¿Por qué los envenené y les inyecté el antídoto a los perros? Bueno, como dije son gente que sabe sobrevivir. Pero quería ver si su capacidad de supervivencia se debe solamente a que saben matar, o si acaso son algo inteligentes.
Comienzan a darse cuenta del truco, así que es lo segundo. Lo que me alegra mucho, pues podré divertirme mucho más con ellos de ése modo.
Incluso ya hay un par que ha logrado salir de los túneles, aunque no creo que lleguen más lejos. Y éste otro par me ha llamado mucho la atención. Carlos y Andrew…

El individuo enfoca una de las cámaras al mensaje raspado en la pared de uno de los túneles dejado por Carlos y Andrew, y puede verse desde otra cámara que Wayne y Alan andan sobre ése mismo pasillo en dirección al mensaje.

Guerra: Interesante giro de los acontecimientos, ¿no te parece?

Guerra mira a la persona con quien ha estado hablando todo aquél rato. Un cadáver atado a una silla con alambre de púas.

Tanto Alan como Wayne hacia rato que ya no andaban rapido, estaban cansados y preferian andar aun sabien el peligro que corrian. Habian andado en circulos durante un largo tiempo y por fin habian encontrado un sitio por donde ir que les resultaba ''diferente''.

Wayne: Alan, ¿Que te pasó en el ojo?

Alan: Tenia glaucoma ¿Porque lo preguntas?.

Wayne: Nose, siempre lo he querido saber y que mejor momento que ahora. - Dijo mientras sonreia - Siempre he creido que fue por alguna pelea o por una bala.

Alan: Siento decepcionarte chico. Ahora me toca a mi... ¿Tu de donde salistes?

Wayne: Resumiendolo mucho; me escapé de casa.

Alan: ¿Echas de menos a tus padres?

Wayne: Si...

Quedaron en silencio, se podia escuchar el ruido de las paredes crujiendo por la humedad o el agua que caia de las tuberias pero no habia señales de perros. Avanzaron unos metros cuando Alan se percató de que en la pared habia algo escrito.

Alan: Hay algo escrito. ¡Espera Wayne! ¿Has visto eso?

Wayne: ¿Que? ¿Que pone?

Alan: “Estamos envenenados. La mordida de los perros es la cura. Carlos y Andrew” - Dijo en voz alta.

Wayne: ¿Se supone que me tengo que dejar destrozar por un chucho para salvarme?

Alan: Exactamente, supongo que con un rasguño bastará. Siguamos, ya sabemos que tenemos que hacer.

Tras andar un rato Alan empezó a reflexionar sobre el ''antidoto'' tan peculiar, ¿como era posible que unos perros portaran la cura? ¿Para que matarlos entonces?, pero la pregunta mas importante de todas seguia en su cabeza mucho despues de haber intentado responder las anteriores: ¿y si hubieran muerto ya todos los perros?. Wayne por el contrario empezó a pensar en su familia, los echaba de menos y desde que todo comenzó no ha echo nada por ir a ver si vivian aunque lo mas seguro esque hubieran muerto y eso lo tenia en cuenta.

El duo empezó a aligerar el paso, por decision de los dos. Los pasillos por los que pasaban eran nuevos y sentian que estaban cerca de encontrar a sus amigos ya estubieran vivos o muertos, al doblar una esquina Alan empezó a sentirse mal y pararon a descansar.

Wayne: ¡Alan! ¿Te encuentras bien?.

Alan: No muy bien... - Dijo con dolor.

Wayne: Quedate aquí iré a buscar a algo... a alguien... ¡Lo que sea!. - Exclamo preocupado.

Wayne salió corriendo sin tener en cuenta que dejaba solo a Alan y si habia mas perros podrian matarlo. Corrió un par de pasillos siempre intentado acordarse de por donde vino, pero al pasar al lado de unos trozos de piedra desprendidos de la pared que habia en el suelo se percató de que algo se movia, era un perro y estaba herido, el animal miró a Wayne sin enseñar los dientes ni ladrar se encontraba calmado. Wayne se agachó compadeciendoce del animal y este se le acercó mientras se movia muy raro, al llegar el perro lamió la mano de Wayne. Pensó que podria hacer que mordiera a Alan y así se curaria asique cogio al perro de raza Cocker llevandolo rapidamente hasta Alan.

Wayne: Mira lo que encontré, es inofensivo o eso parece.

Alan: Niñato, ¿Porque no tienes mas ciudado? ¡Me has dejado solo!

Wayne: Tu camara te defenderá. - Dijo riendose.

Alan: Muy gracioso, pero por favor que me muerda cuanto antes.

Wayne: Si, si, un momento.

Acercando el perro a la mano de Alan, Wayne le pisó el rabo y el perro mordió brutalmente la mano de Alan dejandolo incosciente.

Al cabo de un rato Alan se despertó apoyado en la pared y con el chaleco de Wayne por encima.

Alan: ¡Carajos!

Wayne: Te desmayastes cuando te mordió el perro.

Alan: No es eso, me has echo quedar con una nenaza.

Wayne: No te quejes, parecias tener frio.

Alan vió como el perro se encontraba echado al lado de Wayne, mirandolo fijamente.

Alan: ¿Porque no te deshicistes de el?

Wayne: Me da pena, ademas así si encontramos a alguien tendremos antidoto.

Alan: Solo espero que no muerda a nadie durante la noche.

El fotografo se incorporó y dandole el chaleco a Wayne el grupo comenzó a andar de nuevo por aque maquiavelico laberinto.

Mientras caminaban por los pasillos veía a Wayne con el perro, y por un momento sintió nostalgia, no nostalgia por el pasado, sino una nostalgia por algo que nunca fue, Alan había estado casado, los primeros años fueron buenos, sin ser una relación soñada,, El y su esposa habían comenzado a hacer planes para tener hijos, se habían mudado a un departamento mas grande y ella había comenzado a comprar cosas para el bebe y a decorar una habitación, el tiempo paso sin que ella quedara embarazada, por este motivo y sin decirle a su esposa se hiso análisis, cuando le entregaron los análisis el resultado fue que era estéril, el espero por un tiempo para decirle a su esposa pero antes de que pudiera decirle, ella lo sorprendió con otra noticia, finalmente estaba embarazada, la noticia lo dejo sin habla, pero al verla tan feliz decidió ocultarle que era esteril, aunque otra duda surgió, si el hijo no era de el entonces ella lo engañaba, ¿pero con quien?, …

Un dia, tres meses después al llegar a casa encontró que su esposa no eestaba, ella se había ido, se había llevado sus cosas, su ropa, no hubo carta de despedida ni nada por el estilo, solo sobre la mesa estaba el resultado de los análisis que Alan se había hecho, a el no la busco y ella nunca se comunico.

A partir de eso su trabajo se convirtió en su vida, cuando perdió el ojo su vida casi termino, estuvo con antidepresivos unos mesas y fue mas por voluntad y orgullo que regreso de nuevo a la fotografía, aunque sus trabajos no volvieron a ser lo mismo.

---------------------------------------------------------

-Chico espera, tengo algo para la mascota- Dijo Alan mientras sacaba una de las latas de su calcetín.

La lata estaba abollada, la golpeo contra la pared hasta que la lata se abrió de un extremo, con algo de dificultad termino de quitar la tapa y vaco el contenido en el piso delante del perro, este se acerco y con voracidad comió el contenido.

-Pero es tu comida, no puedes tirarla así como así – Repelo Wayne..

-Los perros están hambrientos, es por eso que nos atacan, además si no fuera por el y aun mas por ti, seguramente estaría muerto lo cual me recuerda- dijo Alan mientras rebuscaba en la mochila de donde saco una bolsa de M & m´s y se la entrego a Wayne en las manos.

-Pero, pero . . . . . – Wayne se desvaneció, no pudo decir mas, Alan se movió para evitar que cayera al piso, seguramente había sido el veneno, el se había preocupado por el que se olvido de si mismo.

Cuando Wayne abrio los ojos vio a Ronald junto a el, el malestar disminuia poco a poco, miro a su alrededor unos metros mas adelante estaba Alan y junto a el perro lucia dormido.

-Esbueno verte despierto, por suerte hallaste este perro asi es mas fácil administrar la cura- Dijo Ronald

Wayne sintio una ligera molestia en su brazo al mirar vio un vendaje improvisado con una mancha de sangre.

-Es una burda imitación de una vacuna, tomamos saliva del perro en una tapa de una botella, se le hace una perforación, se pone en el brazo y con una lamina de la lata de atun se pincha una y otra vez haciendo que la saliva entre en tu torrente sanguíneo, y el resto pues ya lo sabes, estas de nuevo con nosotros. – Explico Ronald.

Adam : Mierda, lo que faltaba, bien piensa que haria el tipo de la tele, que resolvia todo con ciencia..., claro, no no se me ocurre nada, la puerta esta trancada por fuera, era una maldita trampa, y caimos, jenn,jenn es hora de un plan sabes, y me vendria bien tu ayuda..

Jennifer : No lo ves, esto era un maldito juego, siempre nos controlo, siempre estuvimos bajo sus reglas, hicimos lo que queria que hicieramos.

Adam : Ok, pero no tenemos tiempo para buscar explicaciones, ahora si no quieres que este juego del miedo termine y ambos perdamos, mejor pensemos en algo, no hay ventanas, estamos encerrados, en cualquier otra situacion estaria contento, pero creo que prefieres salir no?

Jennifer : Lo siento pero no se que hacer, esto me supera...

Adam : Bien pues superemoslo juntos!

Adam se saca su chaqueta y la lanza lejos comienza a buscar en los cajones de una comoda que estaba en la habitacion, solo hay unas herramientas quirujicas..

Adam : Y el genio Adam, lo hace de nuevo, quien diria que abrir puertas me seria util, comete eso policia del estasdo!
Jennifer : Que encontraste?
Adam : La salida (mostrando unos alambres) .
Jennifer : Que hacia eso aqui?
Adam : Facil, los cuadernos como este (mostrando un monton de hojas en el suelo) usan espirales, que son....?
Jennifer : Alambres?
Adam : Exacto! veremos si funciona si no...acostumbrate a mi nena...

Adam comienza a torcer el alambre ante la atenta mirada de Jennifer, comienza a intentar abrir la puerta hasta que recuerda algo...

Adam : Esto no resultara..
Jennifer : Parecias seguro de ti mismo que pasa?
Adam : Alguien viene, y no creo que sea bueno...

Adam se retira de la puerta esperando a ver quien entra a la habitacion, la puerta se abre lentamente, la respiracion entrecortada de ambos refleja el nerviosismo, la puerta se abre y Adam reacciona...

Adam : Hijo de "#$"#% ( se lanza contra la silueta que entra a la habitacion) ya veras!
???: No tu veras...

El extraño lo toma del brazo herido y lo reduce inmediatamente, al parecer lo tenia investigado...sabia donde tocar para terminarlo...

??? : Vez, solo eres uno mas que lo intenta...jeje.
Jennifer : Tu no eres el tipo detras de esto verdad?
??? : Podria decir que si, podria decir que no, pero prefiero decirles que disfruten su habitacion, estaran un buen tiempo aca jejeje.

El extraño cierra la puerta y los deja encerrados de nuevo.

Jennifer : Bien, por lo menos no te mato.
Adam : No, pero me dio la llave ....

Adam le muestra la llave a Jennifer, se la saco mientras estaba en el suelo.

Adam : me meresco un premio?
Jennifer : Que no te patee en los testiculos (aun asi sonrie y lo dijo como contenta)...

Una vez que Wayne estuvo completamente recuperado de los efectos del veneno, se incorporó y el grupo se puso a decidir lo que harían a continuación.

Diana: ¿Es seguro seguir teniendo al perro con nosotros?

Alan: No es peligroso. Por lo menos hasta que le vuelva a dar hambre. Además lo necesitaremos si encontramos a alguno de los otros.

Wayne: Bueno, por lo menos de Carlos y Andrew no debemos preocuparnos, esos dos están juntos y son los que averiguaron lo del veneno.

Roland: Quien me preocupa mucho es Steve, aunque tampoco sabemos nada de Jennifer y Adam.

Wayne: Pero ellos saben cuidarse solos.

Alan: Eso es lo preocupante. Si no han sido mordidos por alguno de los perros, entonces aún están envenenados.

Wayne: Diana, Roland, ¿en su camino hacia acá ustedes se enfrentaron a unos perros en un túnel derrumbado?

Diana: ¿Túnel derrumbado? No, para nada. ¿De qué hablas?

Wayne: El túnel del que hablo es donde encontré a éste perro herido, y había otros más pero estaban ya muertos, alguien luchó con ellos ahí, y no parecía que hubiera sido hace mucho.

Alan: ¿Recuerdas el camino? Por que parece nuestra mejor opción por el momento, alguno de los otros podría andar por ahí.

Finalmente el grupo decidió andar por esa ruta, aún atentos por si todavía hubiera algún perro u otro peligro.

Wayne logró llevar al grupo hasta el túnel derrumbado y de ahí siguieron por el único camino posible que no era por el que habían llegado.

Por sugerencia de Diana, se pusieron a gritar los nombres de sus compañeros faltantes por el camino, pues el temor a los perros había disminuido bastante, ahora que sabían que sus mordidas no eran letales, y que viajaban en un grupo más numeroso.

Al cabo de un rato, escucharon el ruido de unos pies chapoteando más adelante, en un tramo particularmente oscuro, y avanzaron más rápidamente, pero con precaución, y llamando a sus compañeros perdidos, para ver si se trataba de alguno de éstos.

Roland: ¡Steve! ¡Jennifer! ¡Adam!

Steve (gritando desde la oscuridad, y a lo lejos): ¡Aléjense de mí!

Roland: Steve, está bien, encontramos a Alan y a Wayne, todo va a estar bien…

Steve: ¡Cállate viejo, nada va a estar bien! ¡Te han mordido… y a mí también!

Roland: ¿Qué? ¡Eso es genial! Es decir, ¿no lo entiendes? Estábamos envenenados, la mordida de los perros tiene la cura…

Steve: ¿Qué…? ¿Qué diablos estás diciendo, doc? ¿Te has vuelto loco? ¿No has sido capaz de aceptar que estás condenado y te has inventado esa historia?

Alan: ¡No es ninguna historia, Steve, es la verdad! Estás bien, todos estamos bien. Seguro que ahora te sientes mejor que antes de que te mordiera el perro, ¿verdad?

Steve: … Seguro que en cualquier momento comienza la fiebre, a mi no me engañan.

Diana: Si de verdad te han mordido, pues lo mismo nos ha pasado a todos, así que ¿por que no dejas de huir y afrontamos esto juntos?

Steve: Váyanse al demonio, yo no terminaré convertido en una de esas cosas. Lo único que necesito es un arma contundente para reventarme la cabeza, si pueden darme eso tal vez reconsidere volver con ustedes…

Wayne: ¡No digas tonterías! ¡No seas terco y ven con nosotros, vamos a estar bien!

Steve: ¡NO! ¡NO VAMOS A ESTAR BIEN! ¿No lo comprenden? Una mordida y se acaba todo, esa es la regla irrompible.

Alan: ¡Pero te mordió un perro, no un zombie! No seas estúpido y ven acá.

Steve: …No. Ya no quiero seguir luchando. Solo quiero morir.

De pronto el grupo escuchó un sonoro golpe, proveniente de la oscuridad, y la voz de Steve se apagó.


Luego de un par de minutos, Adam utilizó la tarjeta de acceso que llevaba el desconocido para desbloquear la cerradura de la puerta, la entreabrió y echó un vistazo al pasillo.

Estaba completamente vacío. Le hizo señas a Jennifer y juntos salieron de la habitación, haciendo el menor ruido posible. Comenzaron a andar nuevamente por los pasillos de la base, esta vez mucho más lentamente, atentos al menor ruido o detalle.

Sin embargo, ambos se veían ya bastante exhaustos y entorpecidos, pero ninguno de los dos se animaba a decírselo al otro, pues era una situación demasiado tensa como para detenerse a descansar.

Luego de otro tramo avanzado, ambos se quedaron helados, al ver que más adelante había un pasillo lateral, cuyas paredes estaban rojas, bañadas de copiosas cantidades de sangre que habían escurrido hasta el suelo. Claro, habían visto manchas de sangre durante todo el camino dentro de la base, pero estas se llevaban el premio, pues escurrían desde lo que parecían ser tripas, corazones, y otros órganos humanos, clavados contra el muro.

Aquello no podía ser obra más que de su anfitrión, lo que hizo que ambos se estremecieran.

En eso estaban cuando de pronto Jennifer trastabilló y amenazó con caer al suelo, pero Adam la detuvo tomándola de los hombros.

Adam: Nena, no sabía que eras de las que se desmayaban al ver sangre.

Adam trataba de sonreír, pero el mismo estaba tan fatigado que casi había ido a parar al suelo junto con Jennifer.

Jennifer: No digas tonterías, no es la sangre, es…

Jennifer cerró los ojos y quedó inconciente a mitad de la frase. Adam iba a zarandearla para ver si podía hacerla reaccionar, pero ya no tenía fuerzas ni para eso, y finalmente también perdió la conciencia, con lo que ambos se precipitaron al suelo.

Entonces, del pasillo que tenía los órganos en las paredes, llegó Guerra y contemplo los dos cuerpos frente a él como un niño que contempla los regalos de navidad aún envueltos y se pregunta que tendrán dentro.


Andrew y Carlos habían estado andando un buen rato, y por fin encontraron la entrada a la base.

Al igual que Jennifer y Adam antes que ellos, quedaron abrumados por el estado de la base, que sin duda había sido lugar de una encarnizada batalla no mucho tiempo antes.

Andrew: Sí que fue buena idea elegir esta base como nuestro nuevo refugio.

Carlos: Me caes mejor cuando tratas de hacerte el gracioso como Adam; lo sarcástico no te queda.

Andrew: ¿Crees que los demás ya estén aquí?

Carlos: No lo sé. Pero creo que nuestra prioridad principal debería ser encontrar a nuestro anfitrión.

Andrew: Si, bueno, ¿y cómo hacemos eso?

Carlos: Bueno, se supone que el nos observa con las cámaras y nos habla por los altavoces, así que debe estar en el cuarto de seguridad de la base.

Andrew: ¿Y eso donde está?

Carlos: No lo sé, olvide el mapa de la base en mi otro pantalón.

Andrew: A ti tampoco te pega lo de hacerte el gracioso.


Mientras tanto, en otro sitio de la base, Guerra observa un pequeño dispositivo en su mano, que parpadea constantemente.

Guerra: Se activó la alarma silenciosa, eso quiere decir que otro de mis invitados ha logrado entrar a la base. Me pregunto ¿quién podrá ser? La última vez que les eché un vistazo a los monitores antes de venir a encargarme de estos dos, los que estaban más cerca de la salida de la base eran mis estimados Carlos y Andrew.
Espero que sean ellos.

Guerra presiona un botón del mismo dispositivo, y el foco deja de parpadear.

Guerra: Listo. La entrada a la base está sellada hasta nuevo aviso; con solo la mitad de ustedes aquí dentro me basta por ahora, todos recibirán mis atenciones especiales en su momento y no quisiera presipitarme. Bueno, de cualquier manera, por el momento tengo una cita con ustedes dos.

Guerra mira hacia las mesas de metal en las que tiene tendidos a Jennifer y a Adam, y habla en dirección a ellos. El lugar parece una sala de operaciones.

Guerra: Por un momento pensé en dejarlos morir; quiero decir, llegaron hasta aquí arriba por pura suerte, nunca se dieron cuenta del secreto de los perros y encima cayeron en la pequeña trampa de la puerta.
Pero, en mi infinita sabiduría y piedad, decidí darles una oportunidad de probar que no eran unos estúpidos, y les hice una pequeña visita. Me sentí muy decepcionado cuando te me echaste encima, muchacho. Por un momento pensé que solo eras un bruto agresivo. Pero para mi sorpresa, lograste quitarme la tarjeta de acceso de la puerta.
Por supuesto que me dí cuenta inmediatamente, pero no quise detenerte. Después de todo habías probado tener algo de… “inteligencia callejera”, y yo aprecio mucho la inteligencia.
Ahora pueden comenzar a agradecerme, muchachos, ya les he inyectado el antídoto al veneno de los perros, que fue lo que terminó por abatirlos.
Les he ahorrado la dolorosa mordida de un perro… desafortunadamente es el único dolor que puedo ahorrarles
Ahora que están completamente sanos y próximos a despertar, podemos comenzar a divertirnos de verdad…

Jennifer observo desde su camilla, atada de pies y manos, como el hombre quien había jugado con ellos, quien les había envenenado y engañado para que mataran a su propia salvación, estaba preparando varios instrumentos que Jennifer conocía muy bien. Eran instrumentos de tortura y eso la asustaba. No era el dolor lo que temía, pues ya estaba acostumbrada al sufrimiento de todo tipo; tampoco le asustaba lo que le pasara a Adam, pues a pesar de sus quejas, sabía que ese imbécil era alguien muy duro. No, lo que la aterrorizaba era ese hombre, vestido con un traje militar de rango desconocido, bien peinado y un brillo de obsceno placer en su mirada ante lo que iba a hacer, una mirada que Jennifer conocía muy bien de sus días de Viuda Negra. Y es que para Jennifer mirar a ese hombre, era como mirarse en un retorcido espejo.

Guerra: Bueno, creo que Guerra ya esta listo – dijo, acercando una bandeja con varios cuchillos, bisturís, ganchos y demás instrumentos afilados- la verdad me da un poco de pena haceros esto a vosotros, parecéis muy capaces y seguro que hay muchas maneras de que ambos nos divirtiésemos, pero por desgracia hace tiempo que no practico ciertas técnicas y quién sabe si vuestros compañeros, ya libres del toque de Peste, estarán a la labor como lo estáis vosotros. Y es que hay que aprovechar las oportunidades que el destino ¿no creéis?

Pero esta última pregunta no la hizo a los dos maniatados supervivientes, sino a Andrew y a Carlos, quienes acababan de entrar en la sala, armado este último con un rifle, apuntando a Guerra con él.

Carlos: Suéltalos.

Guerra: Oh, parece que conseguisteis llegar a la base a tiempo, me alegro, vosotros sois sin duda, unos grandes supervivientes. Y tienes mi rifle, sabía que me lo había olvidado en algún sitio, gracias por recogérmelo, puedes quedártelo si quieres, está bastante viejo.

Carlos: Oh, tranquilo, le daré bien uso. Empezando por ti.

Guerra: Puedes intentarlo, muchos en este lugar lo intentaron en el pasado y bueno, fracasaron.

Andrew: ¿Qué diablos ha pasado en esta base?

Guerra: Oh, resulta que cuando llegue aquí, los integrantes de la base tuvieron bastantes discrepancias sobre mi idea de quedarme, por así decirlo. Así que nos encargamos de ellos.

Andrew: ¿Nos?

Guerra: Peste los toco, Guerra los torturo, Hambre los devoro y Muerte se los llevo a todos. Y aunque Peste y Guerra hayan fallado con vosotros, ahora le toca a Muerte.

Harto de esperar, Carlos disparo su rifle, pero Muerte, previo eso y alzo la bandeja de los instrumentos, rebotando la bala en su superficie, para luego lanzarle la bandeja, golpeándolo en el estomago, pero Andrew, que había rodeado al psicópata durante la conversación, cogió uno de los muchos cuchillos caídos y se dirigió hacia los atados Jennifer y Adam, con la intención de liberarlos pero los grilletes de acero resultaron ser demasiado duros. Mientras, Muerte, se había acercado a Carlos, quien intento disparar al soldado, pero este con un rápido movimiento de manos, arrebato el rifle de las manos del hombre y lo tiro a un lado, golpeando a Carlos con rápidos puñetazos, que derribaron al superviviente, pero al escuchar Muerte el sonido de un arma al ser cargada se giro y se enfrento a Andrew quien había recogido el rifle caído e intento disparar a Muerte , sin embargo este fue más rápido y dando una voltereta, se situó frente al muchacho y le quito como si nada el rifle de las manos, para disparar al muchacho en el con su arma, pero en el último momento, Carlos intervino y desvió el tiro al estomago, haciendo gritar de dolor a Andrew cuando la bala se alojo violentamente en sus órganos.

Adam: ¡Andrew!

Carlos se enzarzo, lleno de rabia, contra Muerte lanzando varios puñetazos a la cara y al pecho del soldado, que esquivo los golpes con facilidades y golpeo a su vez a Carlos con la culata del rifle para luego, romperlo y caminar lentamente hasta al derribado ex pandillero, que no pudo hacer nada cuando su contrincante le agarro por el cuello, ahogándolo con su visceral e increible fuerza.
Pero en el último momento en que Carlos empezaba a perder la conciencia, Muerte lo soltó, pero inmediatamente le dio un poderoso puñetazo que lo tiro varios metros hasta chocar contra la pared y no paró ahí, pues se acerco y empezó una avalancha de terribles golpes, que golpearon a Carlos como si de potentes martillazos cayeran contra su piel, destrozando huesos, articulaciones, músculos y órganos como si plastilina se tratara. Adam y Jennifer completaron toda la escena, horrorizados, oyendo los terribles ruidos del cuerpo de Carlos al ser aplastados por los puños viendo la sangre que despedian los golpes de Muerte, que estuvo golpeando la masa de carne en que se había convertido Carlos, hasta que sonriente y jadeante, se detuvo y se giro ante el herido Andrew, que observaba tan horrorizado que no sentía el dolor de la bala en su estomago.

Muerte: Eso ha sido… liberador – observo al caído Andrew - Oh, tranquilo, no tendrás el mismo destino que tu pobre compañero,no me gusta repetir, tu en cambio, creo que necesitas atención medica pero por suerte para ti, fui oficial medico en una unidad de los Seals, ya sabes, el grupo militar de elite estadounidense, veamos si aun recuerdo como operar.


Poco después, Andrew se encontraba acostado en una camilla en la enfermería, ante Peste, que tenía un pequeño bisturí en una mano:

Peste: No te preocupes, amigo te quitare esa fea bala y, para que tu cuerpo no eche de menos , la sustituyéremos por esta amiguita- Peste cogió una pequeña pero potente bomba y se preparo para empezar la operación.

Andrew se sintió aterrado por el pequeño aparato explosivo que Peste había dejado en la charola de instrumentos, pero luego su situación alcanzó nuevos niveles de horror cuando se dio cuenta de que Peste iba a comenzar la “operación” sin haberlo sedado o anestesiado previamente.

Andrew sintió con indecible dolor como unas pinzas quirúrgicas se introducían en la herida de su estomago y se abrían paso entre la carne.

Peste: No te muevas tanto, Andrew, o podría cometer un error, y no creo que quieras éste agujero de tu estómago mucho más grande de lo que ya es, ¿verdad?

Andrew habría gritado, pero el dolor era tan intenso que solo podía apretar los dientes y los puños, tratando de quedarse quieto.

Al cabo de un rato que a Andrew le pareció eterno (probablemente por que Peste alargaba el procedimiento a propósito), finalmente Peste sacó las pinzas de la herida, acompañadas de la bala culpable de todo aquello.

Peste (tomando la bomba de la charola): Bien, ahora debemos poner ésta belleza en el lugar de la bala, de tal manera que tus demás órganos vitales la cubran y no pueda ser removida…

En eso estaba aquél hombre enfermo, cuando el pequeño aparato que controlaba el cierre de los accesos y las alarmas silenciosas comenzó a repiquetear y a parpadear el pequeño foquito que tenía integrado.

Peste tomó el aparato y se frotó la barbilla viendo el parpadeo, entonces le dijo a Andrew:

Peste: Vuelvo en un momento muchacho, no vayas a ningún sitio.

Peste salió por una puerta diferente a por la que habían entrado, y recorrió un pasillo hasta llegar a la habitación que era el control de seguridad. Ahí Peste pudo ver que era lo que había activado la alarma silenciosa:
En la zona boscosa de la montaña, a poco más de un kilómetro de la ubicación de la base, avanzaban un gran grupo de mujeres, todas armadas espectacularmente, con escopetas y rifles.

Eran dirigidas por Helena, aquella mujer que había disparado a Jennifer y cuyas compañeras habían sido abatidas a tiros por Adam, Carlos y Steve; Helena había guiado a sus nuevas amigas hasta ahí, siguiendo el rastro dejado por el grupo, aunque claro, las mujeres no sabían nada del anfitrión de la base, así como el anfitrión no sabía nada de ellas, ni de la historia previa de Helena con sus invitados.

En el primer momento, Peste sonrió ampliamente y abrió mucho los ojos, como el niño sorprendido que no se espera tantos regalos en su cumpleaños.
Pero luego de analizar al grupo por unos momentos, se decepcionó un poco.

No eran, ni de cerca, un grupo tan prometedor como había sido el grupo de Andrew y compañía.
Éste grupo estaba compuesto por dieciséis mujeres, y tan solo con verlas andar supo que eran del tipo de sobrevivientes que no eran inteligentes. Andaban altivas y decididas, casi se diría que furiosas, empuñando las armas con mucha confianza pero poca técnica, y andaban despreocupadas, como si anduvieran por su casa.

Era obvio que se creían invencibles, capaces de superar cualquier cosa con su nutrido número y armamento, y que no sabrían como reaccionar ante una situación que se les escapara de las manos, muy diferente al grupo de Andrew y compañía, que habían andado por el bosque con cautela y cuidado.

A como Peste lo veía, si aquél grupo de mujeres hubiera llegado primero y las hubiera desarmado y dejado dispersas por los túneles, envenenadas y con los perros sueltos, la mitad de ellas habría muerto víctima de los animales hambrientos y la otra mitad habría muerto envenenada. Tal vez solo una o dos habrían logrado salir bien de los túneles, y eso por pura suerte.
Y bueno, ya no quedaban perros, así que ya no podía repetir ese juego con ellas. Decidió que había demasiado piezas en el tablero y que tendría que deshacerse de algunas, y como el juego con el grupo de Andrew ya estaba muy avanzado y probaba ser muy divertido, el grupo de recién llegadas eran las que debían marcharse.

Peste volvió sobre sus pasos hasta el cuarto en el que estaba Andrew, y dio un suspiro.

Se había extendido demasiado con la primera etapa de la operación, y ahora ya no tendría tiempo para terminarla si de verdad quería lidiar con las molestas visitas.
Ya no había tiempo para ponerle la bomba a Andrew de manera correcta, pero se le ocurrió una idea para un juego ligeramente diferente.

Con una jeringa, Peste inyectó a Andrew una gran cantidad de sedante, y el muchacho cayó dormido inmediatamente. Luego, rápidamente le hizo una sutura temporal y rápida en la herida de la barriga, tomó la bomba y se la guardó en el bolsillo.

No había tenido tiempo de activar la bomba y meterla en el estómago de Andrew, ni de cerrarle bien la herida, pero eso bastaba para que, cuando el muchacho se despertara y no viera el explosivo en la charola, pensara que tenía la bomba dentro. Sería divertido ver lo que el chico o sus amigos eran capaces de hacer en una situación así.

Peste salió a la habitación donde Adam y Jennifer seguían atados a las mesas metálicas.

Peste: He terminado con el joven Andrew. Me gustaría comenzar con ustedes ahora mismo, pero me temo que tenemos visitar inesperadas y debo ir a recibirlas.

Adam: ¿Visitas? ¿Llegó la pizza que ordené?

Peste: Es admirable que sea aún capaz de bromear dadas las actuales circunstancias. Pero las visitas inesperadas a las que me refiero son un grupo de mujeres de aspecto furibundo y fuertemente armadas. ¿No habrán tenido un encuentro con un grupo así antes, o si?

Adam: Er… no, para nada.

Peste: De cualquier modo, siéntanse como en su casa, en cuanto termine de atender a las recién llegadas vuelvo con ustedes.

Peste salió de la habitación y se encaminó a la bodega donde se guardaban las armas y el equipo antimotines.

Peste: Bueno, después de todo son los giros inesperados los que hacen éste tipo de juegos más divertidos. Eso me da una idea, volvamos a abrir el acceso a la base desde los túneles, para ver que me encuentro cuando vuelva, luego de haber terminado de divertirme con las damas.

Peste apretó un botón en el aparato que controlaba la alarma silenciosa, y con esto la entrada a la base desde los túneles volvió a abrirse.

Según las estimaciones de Peste, lidiar con un grupo como aquél que avanzaba por el bosque le tomaría apenas poco más de una hora, y eso si lograban oponerle algo de resistencia. Ese era tiempo suficiente para que los que aún se encontraban dentro de los túneles salieran de los mismos y entraran en la base, y tal vez lograsen liberar a sus compañeros y organizarse para hacerle frente.

Pero, ¿quién podría saber lo que iba a pasar realmente? Eso era lo divertido del juego.


Mientras tanto, en el cuarto de la enfermería, Adam se debatía fuertemente, tratando de manera fútil de liberarse de la mesa.

En cambio Jennifer no hacía ningún esfuerzo por liberarse, y se limitaba a clavar la vista en aquella masa de carne magullada y sangrante, recargada en la pared, que hasta hacía poco tiempo había sido Carlos.

Aquel ruido puso en alerta al grupo, todos miraron en dirección de la penumbra, Ronald puso a Diana detrás de el e hiso señas para que el grupo retrocediera, Steve permanecía en su sitio.

-Regresa¡¡¡ - la voz de Wayne rompió el silencio cuando trato de detener al pequeño cocker que corrió en dirección del ruido.

Wayne iba a arrancarse corriendo tras el perro cuando Ronaldlo detuvo jalándolo por el hombro.

-¿A dónde crees que vas?

-Traeré de regreso al perro – contesto Wayne desembarazándose del agarre de Ronald.

-Estas loco, ese perro no es mas que un estorbo, era parte de la trampa y pienso que deberíamos olvidarnos de el, déjalo que se valla estaremos mejor sin el.- Dijo Ronald

-Mocoso estúpido deja ese animal-

-Alan y Steve se fueron – Interrumpió Diana

-Que demonios, puede ser una trampa, solo están jugando con nosotros, idiotas¡¡¡- Gruño Ronal.

Por un pasillo casi en penumbra Alan y Steve seguían a trote al pequeño cocker.

-¿Por qué sigues al perro?- Interrogo Alan.

-No sigo al perro, busco a lo que hiso el ruido, con algo de suerte terminara con mi miserable vida antes de que me convierta en zombie.

-Ahora entiendo porque tu y Adam son amigos, ambos son unos cabezas duras, los perros no están infectados. . .

-Éramos, el maldito me dejo a mi suerte con una bala y un montón de podridos, pero he de vivir para verlo suplicar por su muerte el muy . . . . . .

Ambos se detuvieron justo al doblar la esquina el pasillo delante de ellos se extendía algunos metros delante de ellos, al final de este una luz blanca y cegadora entraba de lleno por el techo. A la distancia veían al perro lanzando pequeños ladridos mientras se paraba en sus patas traseras.

-Es, es un elevador, es una salida, una salida de este laberinto- Exclamo Steve.

-Debemos tener cuidado, no creo que el o los que os tengan encerrados nos dejen salir asi como así. – Dijo Alan

-¿Por qué no? Mira ahí, es un elevador y tu pequeña mascota esta parada ladrando podemos salir de esta pesadilla.

-Regresemos por los demás, así todos podemos salir- Alan dio media vuelta para buscar a sus compañeros.

Peste salía del edificio vestido con un traje antimotines, cargaba una caja algo mas grande que una maleta deportiva avanzo hasta la puerta de acceso mas cercana, una vez ahí puso en el piso la caja de ella extrajo lo que parecían las partes un avión a escala, después de algunos minutos había armado un avión espía, de la maleta extrajo lo que parecía un termo en color blanco, una etiqueta en un costado unas letras en color rojo advertía del contenido que unas líneas mas abajo y en letras rojas se veía claramente LSD, con presteza y habilidad coloco el contenedor en el avión, regreso a la caja y extrajo una pc portátil con controles especiales para maniobrar el pequeño avión, en el monitor mostraba las imágenes que las cámaras del avión captaba.

En pocos segundos el avión despegaba con gran habilidad guio el avión por los arboles y lo dirigió hacia las mujeres que avanzaban a la base, las mujeres vieron el avión acercarse, alguna corto cartucho, el avión paso velozmente, de forma casi imperceptible dejo caer un fino rocío que cubrió a las mujeres con el alucinógeno.

Guerra, veía con una sonrisa en el rostro como las mujeres eran rociadas, con exasperante calma guio el avión de regreso hasta donde el estaba y con la misma calma desarmo y guardo el avión y lo regreso a la bodega de donde había salido y finalmente se dirigió al bosque.

Finalmente el grupo de sobrevivientes había salido de los túneles, el elevador de carga que alguna vez había subido y bajado equipo, el ruido que habían escuchado era el el elevador que había bajado rápidamente al ser liberado el acceso a la base. Wayne había logrado puentear los controles y activar el elevador y asi salieron de los tuneles.

El ascensor comenzó a subir lentamente, con mucha dificultad ya que estaba muy deteriorado. Mientras chirriaban los cables y metales al deslizarse entre ellos el grupo quedó en silencio, un silencio que los incomodaba a todos. Todos comenzaron a pensar lo que habia pasado en aquellos túneles, como si lo que habian vivido les pareciese mentira.

Alan: ¿Que hacemos ahora?.

Diana: Tenemos que buscar a los demas. ¡Puede que esten fuera ya!

Alan: Supongo que si...

Wayne: Lo que pasó ahí abajo... todo se resume en locura.

El ascensor por fin llegó a la primera planta parando bruscamente, las puertas se abrieron un poco.

Ronald: Ayudadme a tirar.

Tanto Alan como Wayne ayudaron al doctor a abrir la puerta mientras Steve y Diana aun seguian inmoviles. Entre los tres consiguieron abrir la puerta la cual hizo un ruido desagradable que rompió el extasis en el que se contraban los dos miembros restantes. Ante ellos apareció lo que era el interior de un hangar, aunque este estaba lleno de todo tipo de aparatos electronicos: ordenadores, cables por todos lados, maquinas de rayos equis, etc...

Steve: A ver, ¿por donde empezamos?

Alan: Creo que es por allí.

Alan señaló unas pequeñas escaleras que subian hasta una puerta donde podia leerse ''Solo personal autorizado''. El grupo comenzó a moverse entre mesas, estanterias y otros muebles donde estaban todos los aparatos.

Diana: Un momento mirad este ordenador.

Todos se acercaron hacia un ordenador que tenia la pantalla encendida y ejecutando un programa en el cual salian las imagenes de todos los del grupo. Diana junto a Wayne empezaron a investigar de que se trataba aquel programa.

Alan: Wayne no sabia que supieras manejar ordenadores.

Wayne: Me he pasado mucho tiempo con ellos, era lo unico que podia hacer.

Alan: ¿Como que lo unico que podias hacer?

Wayne: Mi padre... pegaba a mi madre y discutian muy amenudo, asique me encerraba en mi cuarto con el ordenador a intentar no escuchar lo que pasaba fuera.

Alan: Siento oir eso chico. ¿Te ecuentras bien?

Wayne: Si, creo que con el tiempo lo superaré.

Diana: ¡Eso es horrible! Alguna vez... es decir, que si...

Wayne: ¿Si me pegó? Sí.

Diana: Lo siento muchisimo Wayne, sabes que aqui nos tienes a nosotros.

Wayne: Lo sé, gracias Diana. Bueno volviendo al tema, este programa tiene muchos datos sobre nosotros, como el peso, la altura, edad... ¡Todo! Es como un estudio sobre nosotros y parece que esta averiguando cuanto durariamos bajo ciertas circunstancias.

Alan: Pues creo que se ha equivocado en todos los pronosticos que ha echo.

Steve: Vamos de aqui de una vez.

Se volvieron a poner en marcha y por fin subieron la escalera, la cual no esperaban que dieran a un lugar interesante, solo esperaban encontrar una sala de control vacia con miles de monitores. Pero no resultó ser así, llegaron justo delante de el resto de sus compañeros. Observaron aquella escena, horrorizados.

Alan: ¿Pero que coño es esto?

Helena observo con la mira de su arma alrededor, examinando cada centímetro de las otoñales ramas que le rodeaban, en busca del que había intentado rociarlas con un gas y matado a cuatro de sus compañeras, pero no encontró ni rastro.
-¿Ves algo? – pregunto a Sara, que se encontraba a su lado.
- Nada, ese hijo puta es un maldito fantasma, pero no tardara en aparecer y cuando lo haga, le meteré una bala en los ojos.
Ella era la que quedaba de su grupo, o al menos de los que ella sabía. Al principio, habían sido atacadas por algún extraño gas y cuando intentaron evitarlo, su grupo se separo, quedando divididas en cuadrillas de 5 personas, según pudo ver. Pero ahora les había perdido la vista y había observado como una a una, sus amigas eran atravesadas por flechas con absoluta precisión.

De pronto, Helena diviso a una oscura figura entre una maraña de ramas e inmediatamente, disparo poco después, la figura cayo al suelo entre las hojas. Lentamente, las dos mujeres se acercaron lentamente al cuerpo, que resulto tener un traje antimotines, pero la bala de Helena, había atravesado el casco, por lo que Sara se tranquilizo y se agacho junto al cuerpo, sin embargo Helena intuyo que algo iba mal, por lo que se mantuvo a distancia.
- Sara, ten cuidado, esto no me gusta.
- Tranquila, Helena, está muerto, puedo ver su cara desde… ¿es una mujer?

- ¡Sara, cui….!

Pero el aviso de la mujer llego tarde, pues de repente el cuerpo exploto en pedazos, llevándose a Sara consigo y aturdiendo a Helena, que al recuperarse, descubrió a Guerra con un cuchillo en las a varios metros delante de ella. Sin perder tiempo, cogió su rifle y disparo, pero el soldado se aparto de la trayectoria con facilidad y rápidamente, llego hasta la mujer y con un veloz golpe, arrebato de las manos el arma de la mujer y segundos más tarde, Helena sintió el frio acero atravesar su pecho, hasta que la oscuridad la rodeo, observando cómo Muerte le arrancaba el corazón y se lo enseñaba.


Mientras, en la base Jennifer y Adam continuaban encerrados en la sala de operación, pero mientras que Adam intentaba por todos los medios escapar de sus ataduras, la mujer estaba quieta, mirando el cadáver de Carlos.

- Parece que has encontrado un espíritu a fin.
Jennifer no hizo caso al fantasma de Jake Nolson, que estaba sentado junto a ella, sonriendo maquiavélicamente.

- ¿No me crees? Piénsalo, tiene tu mirada especial, tiene tus mismos “hobbies” ¿Que mas? . Bueno ha matado al hombre con el que te has acostado, eso era algo natural en ti ¿Recuerdas?

-Oh, no me malinterpretes – continuo al ver que Jennifer seguía ignorando -, no quiero que te hagas su amigo o algo parecido. Quiero que le mates. Ese hombre no tiene control, no es que como tú y como yo, que puede que seamos unos psicópatas, pero lo que nos hace especiales, es el control que tengamos sobre nuestros placeres, somos más fuertes que la mayoría, no nos dejamos arrastrar por la sed de sangre, pero… ese hombre jamás tuvo control, es una bestia a la que hay que sacrificar de la forma más dolorosa posible. Y tú tienes que encargarte de ello.

- Si, lo hare.

- ¿Eh? ¿Has dicho algo?

- Voy a matar a ese cabrón, le cogeré y le matare, pero antes, le meteré en esta misma camilla y le abriré en canal, cogeré sus intestinos y los colgare en una viga, luego le arrastrare por el suelo, observando cómo sus órganos se caían de su cuerpo y finalmente, dejare su cuerpo atado a una valla para que los pájaros devoren su malnacido cadáver.

Fue en ese momento, cuando Alan y los demás, entraron en la habitación.

A Jennifer aun le hervía la sangre cuando el resto de grupo entro a la habitación. La primera reacción de estos al ver aquella escena fue de un horror indescriptible tanto es así que algunos no pudieron seguir mirando el cuerpo de Carlos, la reacción siguiente fue algo esperado; nauseas.

Adam: ¡Por fin, la caballería! Desatame.

Alan: ¿Que carajos es esto?

Wayne: ¿Estáis bien?

Adam: Si chico, ahora desatanos.

El grupo comenzó a desatar a Adam, el cual se sentó ya que debido al tiempo que había estado atado se le habían adormecido las piernas, en cambio a Jennifer la desataron y sin decir nada se que sentada en la camilla, inmóvil.

Diana: ¡Andrew! ¡Andrew despierta!

A Diana empezaron a salirle pequeñas lágrimas de sus ojos, creía que Andrew había muerto al ver la raja que tenia en la barriga. Todos, a excepción de Jennifer se acerco a Andrew, quedando se perplejos ante aquella escena.

Ronald: Un momento, parece que respira.

Ronald le tomó las pulsaciones y sí, seguí con vida aunque se encontraba muy débil debido a la cantidad de sangre perdida.

Wayne: ¿Que podemos hacer Ronald?

Ronald: Traedme unas gasas, agua desinfectada, bisturís... ¡Todo lo que encontréis!

Wayne: LLevo en mi mochila dos botellas de agua, no están abiertas ¿Servirán?

Adam: Asi Que tenias agua y no has dicho nada, que solidario.

Wayne: La guardaba para emergencias. Entiendeme.

Con varios útiles Ronald descosió la barriga de Andrew y la desinfectó con mucho cuidado, luego volvió a coserla y parte del agua la usó para limpiar la sangre seca, la otra la empleó en darle de beber a Andrew tapándole la nariz ya que seguía inconsciente.

Adam: Jennifer, nena, ¿Como estas?

Jennifer: Dejame a solas... Necesito recapacitar un rato.

Adam: Como quieras, pero si necesitas la ayuda de un superheroe no dudes en llamarme.

Al cabo de un rato el grupo comenzó a atenderse cada uno así mismo, curarse las heridas, beber algo, descansar... Diana aun seguía al lado de Andrew, apretando su mano fuertemente. De Repente sintió como la mano de Andrew se movió y este habría los ojos.

Andrew: ¿Donde estoy? ¡Ah! Mi estomago.

El chico trató de incorporarse inútilmente, aun no tenia fuerzas para levantarse y todavía no podía ver nada solo distinguía formas o colores. Solo podía observar manchas y un haz de luz que se acercaba a sus ojos.

Ronald: Tranquilo Andrew solo voy a mirar tu estado.

Andrew: ¿Ronald? ¿Estáis todos aquí?

Adam: Si chico, ahora espera que se te pase el mono.

Andrew: Es... Estoy bien.

Andrew se incorporó y sintiendo la presencia de Diana sonrió con ternura.

Diana: Despacio, aun no estas bien.

Andrew: Si, estoy perfectamente. Ahora dejame andar, pero sujetame por favor.

Wayne: Alan, ¿Que hay de Jennifer? Aun sigue hay parada. ¡Jennifer!

La voz de Wayne rompió la meditación de Jennifer, esta se volvió para el.

Jennifer: Tenemos que matar a ese hijo de puta.

Alan: ¿A la persona que nos encerró?

Jennifer: Si a ese maldito bastardo, tenemos que colaborar todos juntos. Pagará por lo que le ha echo a Carlos, ¡y tenemos que hacerlo ahora! No nos queda tiempo.

Wayne: ¿Que podemos hacer?

Los supervivientes se agruparon alrededor de Jennifer la cual designó a cada miembro del grupo una tarea que tendrá como resultado un sufrimiento horrible para Guerra.

-Esto es una locura- Exclamo Alan.

-No es momento de que te acobardes, ese infeliz nos trajo aquí – Jennifer encaro a Alan y apunto con el índice a su cara - nos enveneno, jugo con nosotros estaba a punto de torturarnos, mato… MATO A CARLOS, MADICION, el cuerpo que esta ahí podría ser de cualquiera de nosotros.

-Espera un momento – Alan tomo la mano con que ella le apuntaba- no me malinterpretes lo que quise decir es que el conoce este lugar al detalle, no dudo que haya trampas, no debemos olvidar que había cámaras en los túneles.

-Eso es cierto- Interrumpió Adam, el salió porque dijo que teníamos visitas, esta es una base militar, ¿cierto?, toda base militar debe tener un sistema de vigilancia electrónica, este debe extenderse hasta el bosque, por eso fuimos enboscados.

-Todo sistema de vigilancia puede ser burlado - Dijo Wayne- si este sistema de vigilancia esta enlazado a las computadoras que están allá abajo, podríamos ubicarlo y vigilarlo a el.

-Eso si es que no esta ya de camino de regreso- dijo Andrew- El mato a todos los de esta base, Adam y yo no pudimos detenerlo, es un militar, es experto en lucha cuerpo a cuerpo, el tiene armas y nosotros no.

-Tu Wayne ve abajo y ve si puedes averiguar donde esta ese infeliz, y hazlo rápido, no quiero sorpresas. Los demás busquen armas, cuchillos, pistolas cualquier cosa que pueda servirnos de arma, Alan Tu y Ronald busquen una salida de este complejo asegúrense de que exista una puerta trasera, traben los mecanismos de cierre, eviten que quedemos encerrados como ratas, rápido – Ordeno Jennifer.

-Aquí no hay armas, ni cuchillos, esto es un maldito laboratorio solo medicinas, drogas, jeringas – Dijo Adam dando un portazo al cerrar un casillero.

-Jennifer tienes que venir a ver esto- Grito Wayne desde la parte de abajo.

Jennifer había cubierto el cuerpo de Carlos con una sabana de una de las camillas, a primera vista ella lucia distraída pero su mirada lucia fría y dura, el llamado de Wayne poco cambio su gesto, ella bajo rápidamente la escalera y se coloco junto al joven que estaba sentado frente a un monitor.

-Jennifer, este monitor – Señalo Wayne - muestra los sensores de movimiento en el perímetro de la base, esta construcción de aquí parece ser el edificio en el que estamos, hace un momento este punto de aquí se acerco a otros dos puntos que aparecían cerca de este y después de eso desaparecieron, solo quedan estos dos de aquí. Este de aquí debe ser el maniático que nos capturo y este otro debe ser lo que lo hiso salir.

-Debemos asumir que solo le falta eliminar a esa “distracción” y una vez que lo haga regresara, debemos estar listos. ¿Qué hay de las cámaras? – Interrogo Jennifer.

-Solo pude hacer que la computadora me mostrara los sensores de movimiento, quizá con mas tiempo podría . . . . .

-Por el momento solo eso necesitamos, ellos están al este, debemos estar preparados seguramente entrara por el este y ahí lo emboscaremos – Jennifer subió rápidamente y envió a Diana y a Andrew con Wayne, mientras ella reunía a los demás.

La entrada Este estaba al final de un pasillo con varias puertas, todas ellas necesitaban una tarjeta magnética, con alguna dificultad pudieron abrir las mas cercanas a la puerta, dentro se ocultaron con tubos y palos que encontraron en un armario listos para emboscar a Guerra cuando entrara. La puerta de entrada era una puerta blindada que se cerraba hidráulicamente, cuando Alan y Ronal la examinaron estaba sellada, todos se ocultaron y esperaron, pronto la alarma de la entrada sonó, el mecanismo de apertura funcionaba con un mando a distancia, en el suelo de la entrada habían vaciado varias botellas de cloro y con cuidado pusieron un recipiente con acido sulfúrico que callo al suelo al cerrarse la puerta después de que entro, la mezcla de cloro y acido genero un gas que irrito las mucosas de los pulmones del recién llegado, este comenzó a toser y se llevo las manos a la garganta, de las puertas cercanas salieron varias personas y lo comenzaron a golpear, el gas también los afecto a ellos y se alejaron algunos metros cuando el cuerpo callo al suelo.

-Creo que lo hisimos – dijo uno de entre el grupo

Y en ese momento energía eléctrica fue cortada, todos miraron a su alrededor, Jennifer se acerco a cuerpo y lo jalo fuera del charco de cloro y le dio vuelta al cuerpo vestido con uniforme militar y le quito la gorra dejando al descubierto una larga cabellera de mujer.

-Maldita sea este idiota sigue jugando con nosotros, todo esto sigue siendo una trampa – Jennifer apretaba los dientes llena de furia

Guerra: Vaya golpiza brutal que le dieron a esa pobre mujer. ¿Tenemos muchas tensiones reprimidas, eh?

Incluso en la oscuridad, todos en el grupo alzaron la vista y miraron alrededor, buscando el origen de la voz, aunque por como sonaba era obvio que venía de los altavoces de la base.

Guerra: ¡Incluso la han matado! Por que aún estaba viva cuando se las mandé, déjenme decirles. ¿Cuántos de ustedes habían matado antes? No sé por qué, pero me da la impresión de que la mayoría.

Jennifer: ¡Hijo de puta, ¿dónde estás?!

Guerra: En éste momento estoy en el cuarto de control de seguridad de la base, desde donde corté la electricidad al resto de la base y desde donde los observo con las cámaras y los escucho. Pero no se apresuren, ni siquiera saben donde está este cuarto exactamente, y aunque lo supieran, yo ya me habría ido para cuando llegaran.

Jennifer: Estamos hartos de tus putos juegos, cabrón. ¡Déjate ver!

Guerra: Por supuesto que si, querida. Esta es la parte final del juego, después de todo. En un momento me pondré en marcha y no me contendré. Así que si no tienen cuidado, Muerte los va a encontrar.

La voz se apagó.

Jennifer: ¡Puta madre, volvemos a lo mismo!

Adam: Cálmate Jennifer, no debemos alterarnos; eso es lo que él quiere. Tenemos que pensar claramente y trabajar juntos.

Jennifer actuaba con tanta ira y violencia que todos mantenían su distancia de ella y se dirigían a ella con mucha precaución.

Wayne: Bueno, ¿entonces que hacemos?

Alan: Busquemos el cuarto de control.

Diana: Pero ése loco acaba de decir que ya no va a estar ahí.

Alan: No importa, desde el cuarto de control podemos buscarlo con las cámaras, también podemos restaurar la electricidad, lo que nos serviría de mucho ya que enfrentarse a él a oscuras va a ser casi imposible.

Jennifer: Bien, ¿y dónde empezamos a buscar?

Ronald: El cuarto de control no debe estar muy lejos de los monitores que encontramos hace un rato.


Así pues el grupo anduvo sobre sus pasos, alertas a cada pisada, reaccionando alterados ante el menor ruido, aferrando sus improvisadas armas con fuerza y amargura, sabiendo que no servirían de nada contra un arma de fuego.


Mientras tanto, Guerra avanzaba por los pasillos de la base tarareando una cancioncilla, con las manos a la espalda. Su rifle colgando de su hombro.

Había sospechado que el grupo podía tenderle una trampa, y por eso había decidido ingresar a la base por los túneles subterráneos, los mismos en los que el grupo de sobrevivientes habían estado horas antes.
A la pobre mujer que había muerto en la trampa destinada para él, simplemente la había dejado vivir, e incluso le había indicado el camino hacia la base.

Mientras tarareaba alegremente se preguntaba que métodos debería utilizar en su siguiente encuentro con Andrew y sus amigos.


Resultó que el cuarto de control se encontraba en el mismo piso que la enfermería, y de hecho bastante cerca de la misma. Internamente cada miembro del grupo se reprochó el no haber hecho una búsqueda más exhaustiva la primera vez que buscaron los sistemas de seguridad, pues tal vez con el control de las cámaras podrían haber evitado que Guerra los engañara de una manera tan cruel.

Luego de varios minutos llenos de tensión y susurros apresurados, entre Wayne, Andrew y Steve lograron reactivar el suministro de electricidad en toda la base.

Después, en el mismo cuarto, Diana encontró una caja que contenía varios walkie-talkies.

Jennifer: ¿Y ahora qué?

Andrew: Cada uno de ustedes toma un walkie y se separan para cubrir la mayor área posible de la base. Yo me quedo aquí a vigilar las cámaras. Con la herida que tengo en el estómago no puedo ayudar mucho más. Si veo al tipo o cualquier otra cosa sospechosa en las cámaras, les avisaré por los walkies. Debemos mantenernos en constante contacto, así eventualmente lo encontraremos y podremos enfrentarlo de manera organizada.

A todos les pareció bien la idea, cada uno tomó un walkie y todos salieron del cuarto de control, con excepción de Andrew, que se quedó a mirar las cámaras.


No es que realmente Andrew hubiera pensado en todo eso para enfrentarse a Guerra. El plan se le había ocurrido mientras buscaba una excusa para separarse del grupo.
Había pensado en decirles que le dolía mucho la herida y que lo dejaran en la enfermería, pero, curiosamente, pese a las difíciles circunstancias en las que se encontraban, no se atrevía a decir algo como eso, que lo haría parecer un llorón, frente a Diana.

Realmente le preocupaba mucho que ahora Diana estuviera ahí afuera, buscando a un loco extremadamente capaz y peligroso, pero era eso o quedarse con Andrew, y Andrew no quería poner en peligro a nadie más.

Y es que Andrew no recordaba nada después de que Guerra lo sedara. ¿Tenía la bomba dentro de su cuerpo?
Temía que si así era, Guerra pudiera detonarla en cualquier momento. La perspectiva de que una bomba le explotara a Andrew por dentro ya era suficiente para que una total desesperanza de apoderara del muchacho, pero de una forma u otra, no quería poner al resto del grupo en peligro junto con él.

Pero tampoco había sido capaz de contarles sus miedos respecto a la bomba. No es que realmente pudieran hacer mucho, además todos debían concentrar sus esfuerzos en aquél hombre psicópata si querían salir vivos de todo aquello.


Esto pensaba Andrew cuando por fin vio a Guerra en las pantallas. O mejor dicho, apenas lo vio. Guerra parecía conocer los puntos ciegos de todas las cámaras del complejo (si es que aquello era posible), aunque no podía evitar ser captado por las cámaras durante apenas unos segundos mientras se movía de un punto ciego a otro. Y realmente se movía rápido; conocía la base perfectamente y se movía por ella rápidamente, entrando y saliendo de un área a otra.

Andrew avisó por el walkie que había captado a Guerra en las cámaras, pero que se movía muy rápido, era algo difícil seguirle el paso, y además no estaba muy claro hacia donde se dirigía, aunque si pudo guiar al grupo de modo que todos se dirigieran al ala en el que se encontraba aquel demente.

Andrew daba instrucciones rápidamente, tratando de ubicar correctamente con las cámaras cada lugar, y guiando a cada miembro del grupo de modo que terminaran por cerrarle todos los caminos de huida a Guerra, y eventualmente acorralarlo.

Pero aún estaba el hecho de que Guerra traía un rifle cargando, y los demás solo unos pálidos reflejos de armas.

En ese momento, Andrew vio por una de las cámaras como de pronto Guerra se detenía y miraba directo al aparato, por lo que Andrew podía verlo claramente. El hombre se sacó un walkie de su bolsillo y habló por el mismo.

Andrew escuchó claramente en su propio walkie la voz de Guerra.

Guerra: Buen trabajo al guiar a tu gente e incluso mantenerte alejado, chico. Pero llevo escuchando su conversación con los walkies desde el comienzo, así que sé exactamente donde están todos. Ahora, si no quieres decorar las pantallas del cuarto de control con tus tripas, te recomiendo que hagas unos pequeños desvíos, o la dulce Diana será la primera en conocer mi lado más desagradable. Bueno, no la primera, ¿verdad? Tú y el querido Carlos ya han vivido experiencias desagradables a mi lado.

Al tiempo que decía estas palabras, Guerra sacó de su bolsillo lo que obviamente era un interruptor; el interruptor para la bomba que Andrew debía llevar en el estómago.
Diana: ¿Y ahora a donde, Andrew? ¿Andrew?

La voz de Diana sonaba por el walkie.

En la pantalla seguía viendo a Guerra con su walkie en una mano y el detonador en la otra.

Andrew tomó el walkie y le contestó a Diana.

Andrew: No tengo idea, Diana. Lo he perdido.

Una enorme sonrisa se dibujó en el rostro de Guerra.

Adam se movia afirmandose en las paredes, tarareando la cancion de mision imposible, habi decidido no seguir las instrucciones de Andrew, no por que desconfiara de el, si no por que penso que si todos intentaban acorralar a guerra este les tenderia una trampa y los mas sensato seria darle un ataque que no se esperara, decidio ir solo , para no tener que preocuparse de algun compañero, la verdad es que sentia miedo, el mismo miedo que sentia cunado niño, cuando los chicos de su edad lo molestaban, ese miedo en su momento lo llevo a dejar en el hospital a uno de los niños al arrojarlo del segundo piso de la escuela, esa vez, ses sintio aliviado, ahora las cirscunstancias si bien no eran iguales, la sensacion era similiar.

Adam : Oie , Steve que te parece si despues de matar a este HDP, te pones a la fila y te acabo en este lugar?
Steve : Deja de usar el wolkie para estupideces imbecil, ademas aunque quisieras, no podrias!
Adam : Si claro.....solo queria romper la tension del momento, ya sabes que los dramas no son lo mio.

Adam sentia que su brazo le dolia aun mas, seria el tiempo en la camilla o el lunatico le hizo algo? lo cierto es que queria venganza.Al avanzar por los pasillos se siente un poco mareado, ha perdido mucha sangre, pero algo lo despierta una figura en frente de el...

Guerra : Mira lo que me ha llegado...
Adam : Hijo de ......

Adam se lanza contra el pero Guerra era mas rapido, la pelea tenia una tematica sensilla, Adam embiste y Guerra esquiva, hasta que Guerra decide termina con esto.

Guerra : No te matare, solo te hare sufrir mucho, por que me caes bien.....
Adam : El sentimiento es reciproco compañero, deja que te lo demuestre...

Al lanzarce Adam Guerra lo golpea en el cuello, quitandole la respiracion por un instante el suficiente para someterlo en una llave.

Adam : Vaya asi que ademas eres fanatico de la WWE, yo tambien...

Adam se para y se lanza de espaldas contra la pared, haciendo chocar a Guerra con esta, logrando que lo suelte.

Adam : Y ahora me toca ami!!

Adam comienza a golpear a Guerra , parece tenerlo controlado, pero el soldado saca una bomba de Humo, Adam quien ya respiraba complicado por el golpe en la garganta, ahora perdio la visivilidad, cae al suelo y termina recibiendo una patada en la cara, su Wolkie cae y Guerra lo destruye.

Guerra : Te lo dije, no puedes conmigo....
Adam : Has oido de Van dame?
Guerra : Que?
Adam . Yo hago lo mismo.

Adam se abre de piernas al estilo de jean cloud van dame para golpear a guerra en la entrepierna, dandole un duro gope, a la vez que se escucha el rasgido de sus pantalones, se enrrolla en el suelo sobandose su propia entrepierna...

Adam : Mierda!!! desde la secundaria que no lo hacia.....
Guerra : Jejejejejeje, agh.....bueno chico, dejame decirte que....estas muerto....

Guerra le dispara a Adam, pero este se cubre con su ya lastimado brazo, el grito de dolor fue enorme, y guerra se fue del lugar, Adam queda semi-consiente.

Adam : .........Mierda......esto no lo cubre el seguro....es solo una bala por brazo.....abue.......donde estamos.....

Adam cae y guerra piensa que su trabajo esta hecho, por lo menos si se levanta el ya estara lejos.

Guerra: Jeje, eres interesante chico, lastima que estas del lado equivocado, te ganaste una vida extra, pero la proxima vez que nos veamos, no terminaras con una insignificante herida...

Andrew , quien había contemplado el combate con Guerra observo el cuerpo sema inconsciente de Adam, imponente ante el hecho de que si intentaba avisar del estado de su amigo a los demás , pues había visto al psicópata Guerra lo volaría por los aires antes de que pudiera decir siquiera una silaba, sin embargo eso no tranquilizaba a su conciencia, que le culpaba de abandonar a sus amigos a merced de ese monstruo, sin poder hacer nada. Solo tenía la débil esperanza de que alguno de sus compañeros lograse matar a ese desgraciado y esa esperanza, mesclada con un poco de miedo apareció cuando oyó a Jennifer, por uno de los walkie:

-¡Le tengo! He visto a ese cabrón.

- ¿Donde? Yo no le veo – y por una vez, Andrew no mentía, ya que no divisaba a su oponente por ningún lado.

- Estoy en los pasillos de la base– contesto la mujer- enfrente del comedor del lugar, vi al psicópata entrar allí y solo tiene una salida, que es la que estoy vigilando en ese momento. Ese malnacido no ha ido a ninguna parte.

Andrew maldijo en sus adentros, era justo en esa zona donde la cámara no funcionaba y por lo tanto, no podría monitorear a sus compañeros, pero poco importaba con la amenaza de Guerra, pero aun así sabia que no podía estar quieto sin ver que sucedía.

- Jennifer, no te metas ahí, ¡es una trampa! – le advirtió Andrew a la mujer, temiendo que esta, en su estado de rabia y furia, estuviera punto de cometer una locura.

- ¡Ya lo sé, estúpido! Voy a esperar al resto del grupo y nos lanzaremos todos contra ese cabronazo; y tu gilipollas a ver si miras mejor, que si no lo hubiera visto contigo en las cámaras hubiéramos tardado una eternidad en encontrarle.

Andrew se sintió dolido por el comentario aunque sabía que tenía razón, había algo en su compañera que la asustaba y aterraba aun mas que el psicópata que los torturo. No era su comportamiento o sus insultos, era la mirada que tenía cuando hablaba del asesino de Carlos, era una mirada sin humanidad ni sentimientos, solo pura rabia y sed de sangre, solo transmitía una cosa: muerte

Poco después, Roland, Wayne, Alan y Diana se reunieron con Jennifer, quien no paraba de mirar la esquina donde se suponía que había huido Guerra, pero al ver al grupo maldijo:

-¡Joder! ¿Donde diablos están Adam y Steve? –les pregunto, o mejor dicho grito al resto del grupo.

- No sabemos, - le anuncio Alan - Adam se desvió del camino y Steve, pensaba que estaba contigo Roland, pero ahora que no, temo que es demasiada conciencia que esos dos estén perdidos.

- Menudos hijos de su puta madre… - maldijo Jennifer intentando controlar su ira – Andrew, si ya no estás ciego o idiota o lo que sea que estés ¿puedes verles?

Andrew volvió a la cámara donde se debería de ver el cuerpo de Adam, pero esta solo transmitía una continua y molesta estática, cosa que horrorizo al muchacho, que estuvo a punto de mentir de nuevo cuando escucho la voz de Guerra por su walkie.
- Dilo, muchacho, esto es demasiado bueno para ser verdad – el psicópata rio descontroladamente- ¡Estáis luchando por vuestra vida contra un enemigo casi invencible y empezáis a pelear entre vosotros! Me temo que os he sobrevalorado…

- ¿Andrew? ¿Les ves o no? – Volvió a preguntar impaciente la ex mafiosa.

- Si… no, creí ver a Adam por una cámara, pero esta se ha estropeado. Esta apunta, creo a uno de los túneles secundarios, zona B-D.

- Entonces guíame, Andrew – anuncio de repente Diana – Yo iré a buscar a ese par y los tranquilizare si puedo

- ¿Estás seguro? – le cuestiono Alan, visiblemente preocupado por la seguridad de la muchacha

- No os preocupéis, no seré de mucha ayuda contra ese loco y con Andrew guiando las cámaras, estaré bien – contesto Diana.
Justo después de que Diana se marchara, el grupo armado solo con cuchillos y palos, se interno con precaución en el comedor, esperando un brutal ataque, pero el lugar, lleno de bancos y mesas vacios, donde se podía observar algunos platos y restos de comidas devoradas por gusano, que señalaban que lo que fuera que sucedió en la base, los pillo de sorpresa. Con cautela, avanzaron paso a paso por el lugar, mirando cada esquina y rincón, pero Guerra no apareció en algún rincón, si no todo lo contrario, pues entro tranquilamente por la misma puerta por donde segundos antes habían llegado el grupo:

- ¿ Por qué cada veis me decepcionáis cada vez más? Habéis entrado vosotros solos en una trampa mortal... pensaba que seriais diferentes, pero ahora veo que no; asi que creo que voy a acabar con esto de una vez por todas. – dijo Muerte, que, en un gesto de arrogancia, tiro el rifle y cargo contra ellos solo con las manos desnudas.

- Lo mismo digo, psicópata – respondió Alan, quien, juntando todas sus fuerzas y energías , se dirigió contra su adversario ,listo para luchar al lado del resto del grupo, menos Viuda Negra, quien no había contado a los demas que cuando estaban preparando la emboscada, encontró un C4 y un detonador en el interior de un corazón humano, colocando el c4 en medio de donde Muerte y sus compañeros se iban a enfrentar yel detonador en la mano que cerro fuertemente justo en ese momento.

La explosión resultante que devasto un buen trozo de tierra, alcanzo a ambos bandos, que cayeron al suelo en un vendaval de humo, rocas y fuego, que destrozo sus walkies y los dejo inconscientes y heridos, cosa que aprovecho Viuda Negra, quien al haber retrocedido no fue afectada por la explosión y armada con un cuchillo se dirigió a rematar a Muerte, que al estar mas cerca del radio de la bomba, había sufrido mas daños, con esquirlas y heridas sangrantes en todo el cuerpo, pero aun asi, permaneció consciente y se levanto, riendo al ver el detonador en la mano de la furiosa mujer:

-¡No me lo puedo creer!- dijo entre carcajadas - ¿Has usado de cebo a tus propios compañeros? Que interesante, mi querida“enemiga”…

- ¿Sabes que será interesante? ¡Tus tripas cuando te las arranque de cuajo!.

Pero Muerte, incluso herido por una bomba que habría matado a personas menos resistentes que él, aun era un terrible oponente, como vio la ex mafiosa, que se lanzo a él, con el cuchillo dirigido al estomago, pero Muerte lo desvió al tiempo que intentaba alcanzar el cuello de la mujer, que logro esquivar el golpe y alcanzar la espinilla de su adversario de una patada, lo que permitió a la mujer darle un fuerte rodillazo en la barbilla de su oponente. Pero este, tirado en el suelo no se rindió y justo, cuando Jennifer se lanzo a por él, este agarrando sus brazos y flexionando su rodilla, la tiro para detrás, cayendo esta fuera del comedor. Pero Viuda Negra, aunque se recupero rápido, no ataco de nuevo a Muerte, sino que huyo por los pasillos perseguida por Muerte, a quien esta mujer le interesaba cada vez más.

La persecución, en la que Muerte se las arreglo para guiar a su adversaria por donde quería, cortándole caminos y lugares, término cuando Viuda Negra llego a un pasillo donde una explosión, había derrumbado hace tiempo parte del techo, pues varias pesadas vigas y piedras obstaculizaban el camino. Al llegar, la mujer cogió una enorme piedra y la lanzo contra Muerte, que lentificado por sus heridas no pudo esquivarla y la piedra le alcanzo en plena frente, derribándolo y atontándolo el tiempo suficiente para que se encontrase con un cuchillo en el cuello, cuando se recupero. Pero el asesino sonrió y lentamente saco un detonador de su bolsillo:

- Siento comunicarte que si me clavas ese cuchillo, tu amigo Andrew volara por los aires- anuncio Muerte.

-¿Qué? – se confundió la mujer, que no aparto el cuchillo del cuello del asesino.

- Lo que oyes, ¿no creerás que le quite la bala al pobrecillo solo por piedad? Simplemente la sustituí por un artefacto más… ruidoso. Así que si no apartes el cuchillo, apretare el botón y tendremos cachos de Andrew para cenar.

- No me importa. – dijo simplemente Viuda Negra

-¿Perdona?

- Hazlo, mátalo, no me importa, lo único que me importa es que tu sufras y si para eso mis compañeros tienen que morir, no me importa, me has arrebatado algo importante y no dejare que salgas con la tuya.

-Bien, es tu decisión – y el asesino apretó el botón, ocasionando que en unos segundos la débil estructura del techo empezara a tambalearse.

- Mentí -explico - no puse una bomba en el estomago de tu amigo, la puse encima de nosotros, porque sinceramente, pensaba que era aquí donde me acorralaríais todos, pero me alegro de haberlo hecho con un espíritu afín como tú.

Jennifer no retrocedió, sino que alzo el cuchillo listo para clavárselo en el corazón a Muerte, pero en el último segundo unos fuertes brazos la agarraron y la tiraron para detrás, salvándola de que toneladas de piedras y vigas le cayeran encima. Jennifer, incluso ahogada por el polvo resultante, no dejo de debatirse furiosa de los brazos de Alan, quien había llegado en el momento justo para rescatar a su compañera y ver al psicópata desaparecer entre los escombros. Pero eso no bastaba a la ex mafiosa, que una vez libre de Alan, se acerco a los escombros y empezó a cavar intensamente, sin hacer caso de la sangre que salía de sus uñas, hasta que minutos después, se calmo lo suficiente para recuperar el control.

-¿Cómo están los demás? - pregunto a Alan.

- La maldita bomba que ese psicópata puso nos alcanzo bastante, pero… la…. mayoría estamos bien.

- ¿La mayoría?

- Lo siento- dijo el periodista, que no pudo evitar un tono de tristeza en su voz- … una piedra salió disparada y le alcanzo en la cabeza a Roland. Ha muerto.

Adam : AGHHH!!! carajo, me siento como si estuviera cortado en vario trozos....
??? : Oye mocos despierta!!
Adam : Que?? quien anda ahi-abre los ojos- donde estoy?
??? : En un lugar increible, no me reconoces imbecil!
Adam : Ah? quien eres, donde estas?
??? : Aun no es tu tiempo imbecil, pero descuida, te estoy esperando jejejej...
Adam : Esa voz...papá??
Steve : Oye marikita, despierta!!, que te paso, otra vez tu brazo, eres un verdadero idiota!
Adam : Ah? que paso, donde estoy?
Steve : Botado en algun lugar, los demas ya se encargaron de ese enfermo, estan reunidos en la base.
Adam : Ahggg...como lo sabes?
Steve : Tengo uno de estos recuerdas? - le muestra el wolkie- sive para comunicarnos, veo que pensaste lo mismo que yo, ir por un camino diferente al resto para atrapar a guerra.
Adam : Si pero no resulto como lo esperaba, como vez termine igual o peor a cuando llegue a la base, vamos a la base, los demas deven estar preocupados por mi...
Steve : Si claro, claro, como si le importaras a alguien jajaja.
Adam : Callate, al parecer....olvidalo deve haber sido una alucinacion...

Ambos se dirigieron a la base, no se hablaron y no se miraron en el camino, el camino se hizo eterno, pero pudieron llegar a la base a ver al resto del grupo, entonces todos se giraron a mirarlos, Alan tenia una cara de desason, se acerco a Steve y le dijo lo sucedido con Ronald...

Steve : Ya veo, gracias por avisar.....
Adam : Y que paso aqui, me extrañaron chicos y chicas?
Andrew : Calla, que otra vez tu brazo?
Adam: Que puedo decir, le gusta el plomo a este condenado-mostrando el brazo- y el doc?
Andrew : El, el , Ronald, esta muerto...deja que te cuente...

Andrew le explico la situacion a Adam, quien no salia del asombro, por lo menos el soldado estaba muerto, pero la perdida de Ronlad, era algo doloroso para el, le habia cogido cariño al doc...

Adam : Oye, te puedo hacer una pregunta?
Andrew : Si claro.
Adam : Alguna vez has hablado con alguien que se supone esta muerto...
Andrew : ??? no, se supone que estan muertos no? por que me lo preguntas?
Adam : No, nada, olvidalo, bien que se supone que haremos ahora.
Andrew : Ok, Jennifer dijo que nos quedariamos aca hasta que Carlos se recupere, asi que estamos buscando comida enlatada y esas cosas, no es mucho lo que podemos hacer en esta situacion, por cierto, no le hables a Jennifer, esta muy, muy enojada.
Adam : Gracias por la advertencia, pero puedo cuidarme solo chico.

Miembros del grupo estaban investigando el lugar habiendo encontrado varias latas de comida procesada, unos dormitorios, era un bien refugio, desde que estaban ahi no habian encontrados zombies, pero la explsion quizas los atraiga, aunque estos problemas no eran prioridad ahora.

Adam : Hey, Nena, Jenn, estas bien - le toma el hombro- mirame.
Jennifer : No necesito que me vean como una victima, Adam, vete de aqui-se escuchan sollozos de Jennifer.
Adam : Escucha, despues de todo esto, aprendi que hay cosas que deven salir, y creo que estas conteniendo muchas cosas jenn, y no estare esperando todo el dia a que llores, necesito curar mi brazo de nuevo...
Jennifer : Solo vete si, no estoy de humor.
Adam : Segura, estoy con los brazos abiertos, y no le dire a nadie.

La chica se voltea llorando, abraza a Adam y este hace lo mismo, despues de un rato ella lo empuja y se voltea, sin mirarlo, eso era suficiente, no necesito hablar para que Adam supiera que su parte estaba hecha, y se diera cuenta de los sentimientos de Jennifer por Carlos.

Adam sale a buscar a Diana o Alan, en realidad a Cualquiera que sepa curar heridas.

Diana : Esta bien yo te ayudo, recuerda que esto tambien fue un hospital.
Adam : Si, si, solo hazlo rapido quieres, sabes como sacar una AAAAAAAAA!!!!!!! HIJA DE P!#""$"!!!
Diana : Si mas te mueves mas dolera, solo espera, ya la saque, ahora un poco de alcohol-Adam sigue gritando-Cocemos la herida...
Andrew : Jejejejejeje, vaya, el gran Adam tambien llora como niñita...
Diana : Ya, termine ahora los dejo solos tengo que seguir ayudando afuera.
Andrew : Vez, aprendio algo con el doc!
Adam : Tienes suerte muchacho, mucha suerte, cuidala bien.
Andrew : Y ati que te paso, estas, cambiado?
Adam : Solo digamos que....que te importa no tienes nada que hacer?

CONTINUARA...

Desde que esa pesadilla había empezado todos en el grupo habían visto cadáveres, habían visto a compañeros, familiares y amigos levantarse, era una escena que se repetía constantemente, en el caso de Carlos, Guerra lo había golpeado y azotado repetidamente en la cabeza hasta que se la desbarato, La explosión en la Guerra había sido enterrado múltiples fragmentos fueron lanzados en la explosión, todos los que estaban en la habitación fueron heridos por ellos, por desgracia a Ronald sele acabo la suerte y un gran fragmento se le incrusto en el cráneo matándolo al instante, la chica que entro a los túneles por la entrada este fue golpeada hasta morir, después de la explosión Andrew la vio levantarse como zombie, no fue difícil para Alan con la guía de Andrew que vigilaba las cámaras que el la eliminara.
Alan y Steve habían cavado tres tumbas a pocos metros de la malla exterior, Diana y Wayne usaron camillas de la enfermería para llevar a los cadáveres de Ronald, Carlos y la Chica hasta las tumbas, era una situación extraña, pues ninguno recordaba haber estado en un funeral desde que inicio esa pesadilla.

Estuvieron presentes todos salvo Jennifer; los cuerpos envueltos en sabanas atados con vendas de los pies y tórax colocados cada uno junto a las respectivas tumbas, el grupo permaneció en silencio, sentían que debían decir algunas palabras, finalmente Adam se acerco al cuerpo del doctor y inclino sobre el.

-Hay Doc. Ojala y no te hubieras muerto, no por lo menos hasta que me curases otra vez, esta chiquilla no tiene tu tacto. - Fueron las palabras de Adam.

Steve parado a los pies del cuerpo del Doctor – Estuvimos juntos en muchas, me salvaste en varias ocasiones, jamás te dije lo agradecido que estaba por todo lo que hiciste por mi, siento mucho que te hallas muerto de esa forma.

Durante varios minutos uno a uno se acercaron a los cuerpos algunos se despidieron, después de mucho tiempo, después de haber estado escapando de algo peor que la muerte, después de todo lo que vieron y vivieron para llegar hasta esa base, toda esa tensión se libero en forma de llanto, todos los presentes lloraron. Después de enterrar los cuerpos cada uno tomo una dirección distinta en la base, Andrew regreso a la enfermería, el caminar o el siquiera intentar levantarse le resultaba enormemente doloroso, Diana permaneció a su lado para asistirlo en lo que necesitara, Steve y Adam tomaron caminos opuestos, Wayne entro a la base y se instalo en la salón de las computadoras, por su parte Alan se dedico a vagar por las instalaciones, llego hasta una torre de vigilancia subió a la torre, en el interior solo una silla en la que Alan se sentó

El lugar parecía seguro, la ubicación y el hecho de que aparentemente pocos supieran donde estaba ubicada les daba ventaja, pero el grupo era pequeño y los recursos tales como el combustible que hacia funcionar los generadores que alimentaban la electricidad en la base o la comida no durarían para siempre, el mundo había cambiado, y por lo que había visto jamás volvería a ser lo que fue antes.

Alan no solía beber, pero la muerte de dos miembros del grupo, personas a las que el llego a considerar amigos y la idea de que fueran a donde fueran seguirían estando atrapados y algo tan banal como la idea de que quizá nadie cavaria una tumba para el o que simplemente terminaría como alimento para los no-muertos todo eso lo abrumaba desde que propuso cavar la tumbas. De su chamarra saco una botella de whisky y comenzó a beber, ya era de noche cuando finalmente se quedo dormido, la botella vacía en algún lado del suelo, en sus sueños imágenes del mundo que alguna vez fue lo dieron algo de confort....

El trio se quedo varios días en un piso franco cercano, esperando a que los gritos, disparos y gruñidos cesasen, señal inequivoca de que los no-muertos no tuviesen a nadie mas a quien devorar, como paso a los pocos días, así que se pusieron en marcha y por los vacíos y seguros tejados ,ingeniando como pudieron hasta llegar al aeropuerto, que estaba extrañamente desprovisto de muerto, aunque no de cientos de cadáveres y de sus caóticos enseres, revolcados y tirados por todas partes. Cautelosamente, el grupo atravesó el suelo de carne podrida y entro en la terminal, que al igual que los alrededores, estaba igual de vacía y desordenada.

-Aquí hay alguien - dijo Fernald, confirmando lo que el resto ya sospechaba.

-Bueno, no iba a ser todo un camino de rosas, además esto puede concedernos momentos de diversión - dijo Viuda Negra y ante ese comentario,Jake sonrio macabramente, provocando una lasciva mirada de la mujer - pero sera mejor que intentemos evitarlos, podría darse cuenta del avión.

- Y hablando de eso, no nos ha dicho donde demonios esta ese dichoso avión - pregunto Fernald

- Guardado bajo llave en un bunker en la pista - le respondió Jennifer.


Entonces, el grupo atraviesa los solitarios pasillos hasta llegar a los inservibles controles de seguridad. Estos, debido a su estrechez y al estar llenos de maletas desperdigadas lo convierte en el lugar perfecto para una emboscada, por lo que Jake se adelanto, armado con sus dos pistolas , mientras Jennifer y Fernald le cubrían desde detrás. Vigilante, el asesino logro entonces discernir entre los cuerpos un canon metálico y salto en el ultimo momento,esquivando las rasantes balas que había destrozado su cuerpo. Pero mas balas aparecieron por doquier, obligando a Jennifer y a Fernald a retroceder, metiéndose en un `pasillo cercano. Allí tras asegurarse de que no les seguían, los dos compañeros se dedicaron un pequeño descanso, pero la Viuda Negra recargo su arma y volvió a dirigirse a los controles de la seguridad:

-¿ Que haces? - le inquirio su consejero.

- Voy a rescatar a Jake, gilipollas - le contesto esta, sin mirarle.

-¡No hay tiempo, idiota! ¡Esta muerto y si no llegamos al avión a tiempo, lo estaremos nosotros! - protesto el consejero.

-Yo nunca abandono a un compañero, Fernald, deberías saber eso. Y solo si encontramos a Jake, vivo y muerto, nos iremos de aquí.

- Bueno, creo que entonces habrá que cumplir tu deseo - De pronto, Fernald silbo y de la esquina aparece un hombre apuntando a Jennifer, al que se le unieron varios mas.

-Puede que yo no pueda idear miles de maneras de torturar a alguien, pero al menos no solo puedo abandonar a un compañero, sino también traicionarlo.


Jennifer estaba sentada en la oscuridad, rememorando como había pasado todo. Como habia decidido cambiar e intentar convertirse en alguien mejor. Pero ahora se había dado cuenta de que no habia mejorado nada, sino que todo lo contrario,se había convertido, si aun cabe, en algo peor.
Pues hacia unas horas, habria preferido matar a todos sus compañeros si con ello se vengaba de Guerra. Sabia que el ocultar su verdadero ser no solucionaba nada, pero ¿ que podia hacer? ¿ volver a ser la psicotica mafiosa de antes? Ademas de no que no deseaba ser de eso y soloconseguiria que su grupo huyese o se rebelase y sabia que no sobreviviria mucho sin ellos. Por ello, solo habia una solucion:
Mientras losdemas habian estado en el funeral de sus caidos amigos, Jennifer habia estado reuniendo todas las amas, municiones,viveres y medicinas que habia encontrado, colocandola toda en una de las salas mas grandes de la base, que comunicaba directamente con la entrada. Por eso, cuando el grupo volvio del entierro, se toparon con ella:

- Aqui estan todo lo necesario para sobrevivir en este lugar durante un par de meses - la mujer enseño una hoja al sorprendido grupo - aqui hay un esquema de lo que seria una organizacion simple de como podriamos vivir en este lugar, tras por supuesto, limpiarlo un poco. Ahora podeis hacer lo que os apatezca, yo voy a drogarme, como siempre he hecho.

Dos semanas después de los improvisados funerales, la situación dentro del grupo seguía siendo tensa.

Por un lado, ya comenzaban a acostumbrarse a vivir en la base, que si bien tenía muchas carencias, les otorgaba más facilidades y protección que cualquier otro sitio en el que habían estado desde que los muertos decidieran que ya no era divertido quedarse tiesos.

Tenían comida, camas, agua, seguridad, armas y hasta entretenimientos a su disposición, como libros o juegos de mesa; la base tenía un generador propio, pero solo lo encendían durante la noche, para mantener encendido el sistema de seguridad y las luces mientras dormían.

Dentro de la base había además unos cuantos jeeps, de los que pudieron comprobar que un par aún servían y tenían los tanques llenos.

Dadas las condiciones actuales del mundo, la base debió haber sido como un sueño hecho realidad para el grupo de sobrevivientes, que venían de una rutina en la que no podían dormir a pierna suelta, ni quedarse quietos demasiado tiempo, siempre mirando tras el hombro y esperando la mordida letal de un muerto oculto a cada paso.

Pero las memorias de todas aquellas terribles experiencias que habían vivido durante sus primeras horas en la base, cortesía de aquél psicópata, hacían la estancia en la base no tan paradisíaca como el grupo hubiera querido.

Los primeros días habían sido los más duros, cuando tuvieron que limpiar la sangre y remover los restos humanos de las paredes y los pisos, e incluso cuando parecía que lo habían logrado espléndidamente, algunas habitaciones aún desprendían el desagradable olor de entrañas humanas.

Enfrentar todas aquellas traumáticas experiencias todos juntos habría sido lo ideal, y puede que así el grupo hubiera salido adelante en relativamente poco tiempo.

Pero lo que había hecho aquél psicópata había quebrado a todo el grupo a diferentes niveles.


Alan, que siempre había demostrado gran criterio e ingenio para resolver las dificultades a las que se enfrentaba el grupo, parecía necesitar por única compañía cualquier botella de licor. Y no era un borracho divertido y jovial como Adam, sino un borracho taciturno y melancólico, que ignoraba cuando le hablaban y se limitaba a mirar al vacío con ojos vidriosos.


Por su parte Steve se había aislado por completo del resto del grupo; cuando llegó la hora de escoger dormitorios, todos coincidieron en que deberían estar bastante cerca unos de otros, en caso de que cualquier cosa pudiera pasar, pero Steve, oponiéndose a esta idea, había ido a instalarse en otra ala de la base, y no coincidía con los demás más que de ves en cuando, en las comidas, y cuando lo hacía, se limitaba a mirarlos a todos con desprecio, y en el especial caso de Adam, con odio asesino.

Nadie entendía lo que le pasaba a Steve, y Steve no se lo contaría a nadie, pues la única persona que lo habría comprendido, Roland, había muerto.
La verdad era que, cuando Steve había sido mordido por aquél perro, primero había entrado en pánico. Pero después una serena calma se había apoderado de él. Había sido mordido. Estaba condenado. Y ya podía dejar de luchar.

Por eso cuando le dijeron que la mordida del perro en realidad le había salvado la vida, significó para él que volvía al juego, que tenía que volver a luchar y que el descanso le sería negado más tiempo.

Contradictorio, si, pero así era como se sentía Steve.


Pero la peor de todos era Jennifer. Según pudieron sacar en claro después, con ayuda de Alan, que era el único que estaba enterado, Jennifer era una adicta desde mucho antes de que los muertos volvieran a levantarse, pero cerca al grupo había logrado ocultar o controlar su adicción.

Sin embargo, al parecer todo lo ocurrido en la base había provocado una recaída en la mujer, que ahora hacía uso a placer de la ración de morfina que había en la enfermería, sin molestarse por ocultarlo.

Con lo fuerte que había demostrado ser Jennifer hasta ese punto, algunos, como Diana o Adam, no comprendían porqué Jennifer se había derrumbado hasta llegar a aquél extremo, pero Andrew, que sabía el tipo de relación que Jennifer y Carlos habían sostenido, lo comprendía perfectamente.

Sin embargo, esto no ayudaba a que Andrew se sintiera identificado con Jennifer, o siquiera sintiera lástima por ella.

La verdad es que Jennifer lo asustaba, y mucho. ¿El motivo?

Probablemente como un último regalo de despedida, en su encuentro final con Jennifer, Guerra había dejado abierto su comunicador, y Andrew, desde la sala de control, había escuchado cada palabra que se habían dicho.

Jennifer había estado tan segada por su ira y deseos de venganza, que no le habría importado que Guerra volara en pedazos a Andrew.

Andrew de verdad pensó que iba a morir por negligencia de Jennifer, y de hecho, si no hubiera sido por el cambio de planes de Guerra, así habría sido. Andrew sabía que su vida, y probablemente la de cualquiera del grupo, no valía nada para Jennifer, la cual ahora, perpetuamente drogada, se encontraba en un estado de aparente serenidad que le daba aún más miedo a Andrew.

Sin embargo, Andrew no se había atrevido a contarle algo de aquello a nadie del grupo, así que la historia de la supuesta bomba en su estómago había quedado sepultada.

Jennifer por su parte, no sabía que Andrew había sido testigo de aquél último enfrentamiento entre ella y Guerra, y no le prestaba la mayor atención. Pero Andrew no podía ni mirarla a la cara.

De todos, Adam parecía el menos afectado. Seguía enfrentándose a los problemas como lo había hecho siempre, con buenas dosis de alcohol. Seguía teniendo la misma actitud despreocupada y burlona de siempre, y la condición de sus brazos iba mejorando cada día.

También Wayne parecía el mismo de siempre, aunque de vez en cuando se desaparecía de la vista de todos y volvía horas después, diciendo que había ido a darse una vuelta por la base, si alguien le preguntaba.

Diana también se estaba tomando las cosas bastante bien, dedicaba su tiempo a atender las heridas de Adam y Andrew, y jugaba juegos de mesa y leía junto a Andrew y Wayne.

Si, Andrew habría pensado que Diana se encontraba perfectamente, de no ser por las veces que la había descubierto llorando en mitad de la noche, mientras dormían uno junto al otro.

Pues finalmente su relación se había afianzado; si bien no había habido una declaración formal de parte de ninguno de los dos, sus sentimientos mutuos eran bastante evidentes, y se habían saltado los trámites sociales habituales.


En cuanto a Andrew, el también había despertado de golpe un par de veces en las noches, luego de salir de alguna pesadilla que incluyera a Guerra sonriéndole ampliamente con instrumentos quirúrgicos en las manos.

Pero fuera de ése hecho, y de que se sentía incapaz de volver a mirar a Jennifer como una compañera, se estaba tomando las cosas con relativa tranquilidad y estaba saliendo adelante del trauma, en mayor parte gracias al apoyo de Diana.


La mayor preocupación de Andrew era a futuro. Las cosas se encontraban en relativa calma, y tenían suficientes víveres para varios meses, pero eventualmente éstos se terminarían, o el grupo tendría que enfrentarse a alguna otra problemática como la llegada de un grupo hostil, o algo similar.

Y el grupo, a diferencia de antes de llegar a la base, no parecía que pudiera sobrevivir a nada de eso.

Roland, el médico del grupo, estaba muerto, así como Carlos, quien solía tomar siempre las decisiones más acertadas, y era gracias a él que el grupo había llegado tan lejos.
Luego Alan, a quien Andrew consideraba el miembro más confiable del grupo, estaba abotargado por el alcohol, y Jennifer, la persona decididamente más capaz del grupo, se encontraba en una situación similar por culpa de su adicción.

Adam no era precisamente confiable, mucho menos con los brazos aún en mal estado, y el mismo Andrew tampoco era de gran ayuda en su condición.
Si bien Wayne y Diana parecían ser los menos afectados por todo lo que había sucedido, siendo realistas ninguno de los dos podría hacer gran cosa si el grupo tenía que enfrentarse a una crisis.

En resumen, Andrew temía por el futuro del grupo, que ya ni siquiera parecía ser tal cosa, y esperaba que nada pasara, por lo menos hasta que todos pudieran juntar sus piezas y rearmarse.

Una noche mas en la base, el grupo se estaba acostumbrando poco a poco a la situación de aparente relax en la que se encontraban y ya nadie se preguntaba donde se metian los demas durante todo el dia. Era una noche fria, el grupo observaba desde el comedor la luz de la luna iluminando cada gota de lluvia que caía, cada uno tenia sus asuntos, sus preocupaciones y su tareas.

Las mesas del comedor era muchas y el grupo se habia distribuido en grupos claramente visibles; en la mesa del centro solian sentarse Andrew y Diana los cuales eran acompañados algunas veces por Wayne o por Alan. Estos dos solian comer a horas dispares a la de los demás, coincidiendo ellos dos solos en el comedor muchas veces.
En una de las esquinas se sentaba Jennifer que solia estar acompañada durante la comida por Adam, el cual solia beber y comer muy poco.
Por otra parte, Steve solia comer a la misma hora que todos, pero en una mesa alejada de los demas.

Tras comer cada unos se iba hacia un sitios diferente de la base pero Wayne era el unico que siempre desaparecia durante varias horas, normalmente lo hacia tras la comida. Pero esa noche Alan decidió que despues de comer tenia que bajar la comida y con un paraguas improvisado salió fuera a el patio que rodeaba casi toda la base. Avanzó alrededor de las verjas mientras escuchaba el viento rompiendo contra la estructura de metal de la base, pero se paró tras ver una figura haciendo algo con la valla metalica.

Alan: ¡Eh! ¿Quien eres?

Se acercó con cuidado al no obtener contestación alguna de aquella persona. Mientras se acercaba vió que quien fuera tenia puesto un chubasquero y tenia una especie de lanza en la mano; estaba matando a varios muertos que se habian agolpado fuera de las vallas.

Alan: ¡Te he echo una pregunta!

La figura se dió la vuelta y Alan alcazó a ver la cara de aquella persona.

Wayne: Alguien tiene que encargarse de esto. Nadie lo habia pensado ¿Verdad?. Lo suponia.

Los dos quedaron sorprendidos al ver los faros de un coche que se acercaba desde lo lejos alumbrandolos. El coche avanzaba a mucha velocidad, mientras se acercaba atropelló a varios muertos. Cuando estaba a una distancia considerable de las verjas de la base derrapó debido al barro, dió varias vueltas y finalmente se chocó contra un arbol.

Del coche salieron dos personas; un hombre vestido con una camiseta blanca y unos pantalones de camuflaje mientras decapitaba con un machete a el resto de los muertos que alli se encontraban. Luego del coche salio una chica muy joven la cual salió corriendo detras del militar.

Despues de haber matado a todos los zombies se acercaron a la parte de la valla donde estaban Alan y Wayne expectantes.

???: ¿No vais a ayudar o tengo que entrar por la fuerza? Tengo a esta joven con una herida.

Wayne: No teneis mucho tiempo antes de que venga algun muerto mas, corred hacia aquella puerta.

Señaló entonces una pequeña puerta que habia en las vallas de la base, la cual habria servido anteriormente para que entraran patrullas, en resumen, un par de personas.
Wayne corrió hacia la puerta y antes de abrirlas Alan lo paró.

Alan: Chico, si entran aquí seran bajo tu responsabilidad. Tenlo en cuenta.

Wayne: ¡No podemos dejarlos ahí!

Tras abrir la puerta, Wayne acompañado por Alan los acompañaron hasta la enfermeria. Los dos miembros de la base pensaron que lo mejor era llamar a Steve ya que era el que mas tiempo habia pasado con el doctor y algo mas sabria sobre como ocuparse de la muchacha. La chica tenia un trozo de metal pequeño alojado en el brazo, Steve con mucha cautela se lo sacó con unas pizas y luego de vendarle el brazo salió de la sala para llamar al resto del grupo.

Alan: Bueno, ya que os acogemos... ¿Comos os llamais?

El militar se quedó callado.

???: Mi nombre es Paula, Paula Stem...

Wayne: Ahorrate el apellido, por favor. Encantado de conocerte Paula, mi nombre es Wayne.

Paula: Me gusta tu nombre, Wayne.

Paula sonrió a Wayne. Mientras este miraba a el otro individuo.

Alan: ¿Y el nombre de tu amigo?

Paula: Le dicen MacTavish.

- ¿ Estas bien? - le pregunto de nuevo Wayne a Paula , quien ya con el brazo vendado, estaba en una de las mesas, rodeada por el grupo.

- Si, pero, me esta doliendo bastante el brazo desde hace tiempo. Ojala hubiera algo para ayudarme.

- Bueno, creo que habra que preguntarle a nuestra principal consumista de morfista - Adam miro alrededor, no encontrando a Jennifer por ninguna parte - Que ya que no esta por aqui, estara en su habitación disfrutando de la mercancia, asi que me pondre la armadura e ire a derrotar al dragón.

Asi que Adam salio de la habitación y se dirigio hacia donde se suponia que Jennifer pasaba su tiempo a solas, en el mismo lugar donde Guerra cayo enterrado por sus propios explosivos en un loco intento de llevarse a su contrincante consigo. Pero sin embargo, al llegar alli el lugar estaba tan derruido y vacio como siempre. Pero entonces, escucho a lo lejos pequeños susurros y siguiendo su origen, encontro a la que buscaba y algo mas. Jennifer estaba sentada, arrodillaba mejor dicho, al lado de una mujer vestida completamente con una tunica negra. La mujer, de pelo castaño, era un poco rolliza que demostraba su buena y fuerte condición fisica y a su lado estaba un pesado libro y una escopeta de cartuchos y varias bolsas más.

- !¿Que coño... haces tu aqui?! - le recibio Jennifer, furiosa en parte por la intromisión de Adam y las drogas que hacia minutos se habia inyectado

- Buscandote - respondio este y mirando a la mujer - ¿ y quien es esa?

- Mi confesora, no se su nombre pero la encontre en el bosque hace unos dias y la traje aqui - explico aun rabiosa por la presencia de Adam - Ahora vete.

- Vale... ¿ y como diablos entro sin que nos dieramos cuenta ? ¿ Y como es que no nos las has presentado ? - continuo inquiriendo el hombre.

- Cerca de aqui hay una trampilla media oculta que lleva al bosque que descubri y he utilizado todas las noches para estar por las montañas.

-¿ Haciendo que ?

- Nada, mirando las estrellas - mintio Jennifer. Desde lo ocurrido con el psicopata, incluso con la numerosa cantidad de drogas que se metia, en ocasiones no podia controlar sus impulsos, por lo que por las noches caminaba por el bosque, dejando salir su rabia y furia acumulada, aunque ahora habia encontrado algo mejor - En cuanto a porque no anuncie su presencia, la verdad pensaba que era un producto de imaginación.

- ¡¿Que?!- Adam comenzo a preocuparse aun mas por su compañera, aunque la nueva invitada atrajo su atención - ¿ Y tu porque diablos no has salido?

- Bueno, la verdad es que queria que Jennifer me presentara por si misma, asi ella hubiera avanzado en su problema y yo hubiera sido mejor recibida - hablo por primera vez la mujer - Por cierto, me llamo Elena, es un placer conocerte señor....

- Adam, bueno Elena, ¿ avanzando? ¿ que eres, una clase de psicologa o algo asi ? - cuestiono.

- Encantado de conocerte, Adam y no, digamos que estoy metida en asuntos más... metafisicos por asi decirlo - la mujer se levanto y Adam, ademas de contemplar su figura descubrio una linea blanca en su cuello.

- ¿¡Eres cura!? - se sorprendio el hombre.

- Exacto, que el Señor este contigo.

- Pero eres una mujer - razono confundido el hombre.

- Eres un buen observador, Adam - sonrio ironica Elena.

- Creia que las mujeres no podian ser curas.

- Lo impusieron los integrantes de una iglesia muerta que sufrio el castigo por sus mentiras y pecados- dijo la mujer - Lo unico que me importa es que yo jure mis votos a nuestro Señor y el los acepto.

- Vale... espero que entre tus votos no esten el de la intimidad, porque creo que te estarias perdiendo algo muy interesante - el hombre volvio a mirar los atributos de la mujer, a pesar de que estaban muy cubiertos por la tunica, la imaginación de Adam fue suficiente.

- Lo siento, te faltan dos cosas y te sobra una para que me resultes interesante - Jennifer sonrio ante el comentario ante la desilución de Adam - Y de todos modos , siento decirte que renuncie al pecado carnal cuando tome esta sotana.

- Buenoo, creo que tras este golpe en mis partes, es hora de anunciar por que vine aqui - se dirigio a la ex mafiosa - hoy parece dia de visitas, porque dos personas han llegado tambien a la base. Una de ellas esta herida asi que necesito parte de su tesoro.

Para su sorpresa, Jennifer le entrego una jeringuilla de las muchas que llevaba encima - Ahora iros, me ha vuelto a entrar el maldito mono y quiero una jodida intimidad.


Asi lo hicieron y tras una silenciosa caminata hasta la enfermeria, donde aun estaban reunidos el resto del grupo, que se sorprendio por la llegada de la mujer:

- Hola esta es Elena, cura, mujer, lesbiana, con el pack completo de votos - anuncio Adam.

- Encantada de conoceros, que el Señor este con todos vosotros - se presento la cura.

Adam se encontraba practicamente con ambos brazos funcionales, en parte por que estaba haciendo ejercicios durante sus largos
ratos libres en la base, acostumbrarse a los nuevos compañeros, seguir aguantando con los mismos de siempre, por lo menos ahora habria una
monja o un cura, para Adam eran lo mismo, nuncaq fue creyente asi que tampoco le importaba aondar en las diferencias
De echo considero hasta para el grupo una buena forma de terapia hablar con Elena, cual psicologa, empezado el mismo...

Adam : Bien , asi que eres una de las hijas de Cristo, o seguidora o una lunatica gritante en la calle del fin del mundo, apuesto que ya sabias lo
del holocausto zombie he?
Elena : En serio crees que te queda bien hacer el chistoso?
Adam : Si, por lo menos eso dicen los demas, es mejor que andar llorando por ahi como Alan.
Elena : Si, y tu lo afrontas de la manera correcta, tratando de demostrar valor.
Adam : Nadie tiene que hacerlo de la manera correcta, algunos no reimos, otros lloran, otros lo intentan negar con drogas, ya sabes lo usual, pasaba antes de los muertos, pasa ahora.
Elena :Intentas decir que eres un ejemplo para el grupo?
Adam : Solo intento decirte que soy el mejor partido para ti preciosa, por lo menos dentro de la base...
Elena : Escucha, te lo dije antes, te lo diho ahora....
Adam : Si lo se. lo se, solo queria probar tu lealtad...en fin no vine aqui solo a eso, se que uds. los religiosos siempre saben que decir asi que se me ocurrio
que podrias hablar con el resto a modo que se desahoguen y darles algunas palabras que los recorforten.
Elena : Y tu quieres hablar conmigo de algo?
Adam : Je! veo que eres muy lista, eso es bueno, pero creeme, no querras escuchar lo que tengo que decir, soy un poco mas complicado que el resto de por aqui, ademas tengo que arreglar ciertas cosas con cierta persona
que parece que tiene su rincon secreto por otro lado.
Elena : Te refieres a Steve?
Adam : Ya lo sabes eh?
Elena : Wayne me lo conto, me dijo que hablara con el, pero no quiere hablar con nadie.
Adam : Por suerte yo no le hablare, tenido una vision hermana, y he decidido cambiar para mejor, deespues de todo lo que hemos pasado, creo que deo ser mas un aporte para el grupo que un estorbo, bueno te dejo nena segunda!
Elena : Nena segunda?

Adam se dirige al ala de la base donde se encuentra Steve, el grupo se ha estado desmoronando en los usltimos tiempos, despues de lo de guerra, asi que es hora de empezar a unirse como equipo como lo hacian antes de Guerra.
Steve se encuentra sentado en una silla en una especie de patio del lugar, con una botella con agua en una mano y un machete en la otra, mirando al vacio cuando Adam se acerco a el.

Adam : Escucha creo que tenemos que hablar.
Steve : Sabes....podria matarte, ahora aqui mismo, nadie lo notaria hasta despues de una horas, pero, pienso que solo perderia mi tiempo, prefiero que mueras por culpa de algun psicopata o algun zombie, no me ensuciare contigo animal..
Adam : Si, muy lindo lo que dices, pero creo que devemos sanjar nuestras diferencias, volver a ser amigos y eso, ser como hermanos como antes de esto.
Steve : Eso nunca sucedera, ya no es lo mismo, he visto lo que eres capaz de hacer por salvar tu trasero, creeme, solo pierdes tu tiempo...
Adam : Ahi te equivocas, ahora es como somos en realidad como siempre hemos sido, antes de todo esto, eramos actores de una pesima pelicula llamada realidad, tuvo que pasar lo que todos sabemos para presentar nuestros verdaderos yo al resto
antes solo usamos mascaras, durante seguieamos mintiendo, solo que por el bien de todos lo negabamos, ahora es cuando demostramos lo que en realidad siempre hemos sido.
Steve : Deviste ser psicologo sabes? quizas tengas razon pero aun asi no se, es que, todo esto -solta una lagrima- es demasiado para cualquiera, ver morir a tus amigos, ver morir a desconocidos, no soy tan fuerte como tu...
Adam : Es por eso que devemos seguir unidos, la fuerza de unos, la devilidad de otros, mierda, creo que esa monja lesbiana me contagio sus palabrerias, pero se entiende no?
Steve : Nunca fuiste bueno consolando lo sabes? creo que tienes razon-estrecha su mano- amigos?
Adam : Amigos, solo te dire una ultima cosa, la monja lesbica es mia...
Steve : Deja de decirle asi, creo que tiene nombre...
Adam : Si, monja lesbiana...
Andrew : -Aplaudiendo- buen discurso Adam,creo que por dentro, bien dentro, hasta eres una buena persona.
Adam : Mocosos, ahora se creen ninjas, si escuchaste lo que le dije...
Andrew : Callate viejo ogro, solo digamos que es hora de comer, y que piensan si a la hora de comer lo hacemos todos juntos como una familia?
Adam : Que cometere incesto con una hermana lesbiana...
Steve : Eso quisiera jajajaja.

Los tres se dirigen al lo que han estado utilizando como comedor y ante la mirada de todos, semi-incredula, ven como Andrew, Adam, Steve y Diana se sientan juntos, despues se les une Elena.

En la enfermería atendían a la joven mientras Adam salía a buscar “algo” para calmar el dolor de su herida.

Alan había salido en dirección de la puerta por donde los recién llegados habían entrado, era evidente que el ruido de auto atraería a más zombies; llevaba un hacha en la mano. Los últimos días se había pasado dando vueltas por la base, buscando suministros, armas o alimentos, en la sala de oficiales había encontrado varias botellas de licor; se había vuelto asiduo visitante de la bodega de vinos, le ayudaba a distraer su mente de las cosas que había visto y vivido.

Wayne había asegurado la puerta con una cadena, a un lado en el piso estaba la lanza que el chico traía, la levanto del suelo y elimino a tres muertos que empujaban la puerta tratando de entrar, salió al exterior dejando atrás la lanza. Los gritos en su cabeza, hombres devorando a sus familias, mujeres que se comían a sus hijos, el, Alan en mas de una ocasión se había salvado, a veces de formas casi milagrosas, otras de formas mas que ridículas.

Saco de su chamarra una soga y ato a los cadáveres de los pies y comenzó a jalarlos hacia el bosque, lentamente arrastro los cuerpos hasta entrar en el bosque y continúo con ellos internándose mas y mas. Recordaba una avenida un convoy integrado de autobuses escolares y militares avanzaban, el le había cedido su lugar a una joven, el permaneció de pie, en un crucero un tráiler con suministros los impacto lateralmente el autobús volcó, en medio de los fierros retorcidos el impacto fue mortal para varios, Alan se había salvado, los cuerpos de los otros pasajeros habían amortiguado el golpe, magulladuras y golpes ligeros fue lo único que el tenia, podía oír los gritos y el llanto de los otros, los que murieron pronto fuero reanimados y comenzaron a devorar a los demás, el autobús se convirtió en una trampa mortal, la ayuda llego casi enseguida, pocos fueron sacados del autobús, Alan fue el ultimo, antes de salir vio que en el autobús quedaban personas, algunos atrapados, otros heridos, los de rescate lo llevaron prácticamente arrastrando, el no pudo voltear, pero escucho el inconfundible sonido de los lanzallamas seguido de humo y gritos.

Llego hasta un tubo, era una especie de respiradero del drenaje, su diámetro era suficiente para que un cuerpo cupiera por ahí sin dificultad, era una caída en vertical de al menos cuatro metros, ahí habían estado arrojando los pocos cuerpos de los zombies que habían llegado a la base, usualmente Wayne hacia ese trabajo. Alan se ocultaba con un grupo por las calles, era de noche, se ocultaban de los militares, que tenían ordenes de disparar a todo lo que se moviera, además de grupos de gente que se dedicaba a saquear y matar solo porque la única ley que imperaba era la del mas fuerte. La puerta metálica estaba reforzada con barrotes de hierro, había resistido un par de asaltos de los saqueadores, pero sin alimento y sin agua estaban condenados, esa noche vieron en el estacionamiento un grupo de dos vehículos de la policía y un transporte de personal militar, por los altavoces dijeron que buscaban sobrevivientes, dijeron que sacaran por las ventanas toallas o cualquier trapo que pudiera servir como indicativo de donde estuvieran, en la ventana colocaron un mantel, en otras cuatro ventanas también pusieron la señales, los militares se dividieron en grupos y se repartieron por los edificios. Unos minutos después tocaron a la puerta dos militares armados entraron, rápidamente preguntaron cuantos eran, en departamento solo habían cinco personas, no habían terminado con el interrogatorio cuando se escucharon disparos, primero en un edificio y luego en otro e incluso en el mismo edificio, antes de que reaccionaran los refugiados los militares les dispararon, murieron dos inmediatamente, Alan era el siguiente pero disparo el flash de la cámara, la luz los cegó, los disparos fallaron, solo uno lo hirió superficialmente en la pierna, se lanzo contra ellos golpeando al primero enseguida los otros se unieron a el, golpearon al segundo hasta matarlo, el primero al que Alan tenia inmovilizado comenzó a rogar por su vida, uno de los refugiados tomo el arma del muerto, y una bala a quemarropa le desbarato la cabeza salpicando a Alan de Sangre y sesos.

Alan había decidido examinar los alrededores de la base, iba mas ocupado de la botella en su mano tanto así que no vio otro tubo de respiradero delante de el; la tapa tenia una cuarteadura y esta se abrio a la mitad cuando Alan la piso, y se hundió hasta el pecho, la tapa partida a la mitad lo apreso por el pecho, sus piernas no tenían punto de apoyo. Un hombre quizá de cincuenta años estaba a la cabeza del grupo, Alan se había unido a su grupo, la ciudad estaba infestada de no-muertos, y el hombre los guiaba fuera de la ciudad, habían enfrentado varios obstáculos y con su guía no habían perdido a ninguno del grupo, fue una lastima que en la ultima oleada de zombies fuera mordido en el tobillo, aparecer solo Alan se había dado cuenta, su avance era cada ves mas lento, finalmente le dio indicaciones al grupo para que pusieran salir de la ciudad, les dijo que el debía regresar que iría a ayudar a otro grupo que se ocultaba en la zona, nadie dudo de su palabra y siguieron sus indicaciones, solo Alan se quedo a su lado, - una vida no es valiosa por los logros económicos o por los reconocimientos de la gente o por los titulos, una vida es valiosa por las vidas que ayuda a mejorar, y si este es el fin es mejor que me llegue asi, de pie y dispuesto a luchar aun hasta el final, no podemos cambiar el pasado, pero si podemos elegir como tomaremos el porvenir, la vida se vive, no se arrastra – Fueron las palabras de aquel hombre.

Alan estaba atrapado, no podía encontrar un punto de apoyo para salir, además la tapa lo tenía atrapado, pensó por un momento, la única salida era hacia abajo, Alan se retorció y como pudo logro impulsarse hacia abajo, una de las partes de la tapa cayo al fondo, Alan se había logrado sujetar del borde y se mantuvo colgado después de un enorme esfuerzo se arrastro fuera del tubo y quedo jadeante sobre el suelo, trago una bocanada de aire yse levanto – La vida se vive, no se arrastra – murmuro entre dientes mientras regresaba a la base

Como si no existiera el peligro, Alan salió fuera de la base y se ocupó de los cadáveres. Wayne vio como se adentraba hacia el bosque así que lo único que podía hacer era vigilar la puerta por si tenia que ayudarlo. Tras esperar un rato empezó a impacientarse, entonces apareció MacTavish.

Wayne: ¿Que haces aquí? Vuelve dentro con Paula.

MacTavish: Puedo ayudarte en algo si quieres.

Wayne: ¿Ayudarme? La única ayuda que necesito de ti es saber quien eres. Ahora estas aqui bajo mi responsabilidad y no quiero arrepentirme de haberte salvado.

MacTavish: Yo no era exactamente un militar, era piloto de un helicóptero de carga, cuando empezó todo esto me destinaron a la recogida de supervivientes. Transporté a varios cientos de personas durante varios viajes pero en uno de los viajes un superviviente infectado se transformó y comenzo a atacar a los demás, los soldados que iban en el helicóptero no pudieron hacer nada y el helicóptero acabo estrellado. Sobreviví y tras abrirme paso por las calles infestadas de muertos llegué a un convoy del ejercito que se dirigía hacia una base, llevaban varios camiones llenas de personas. Mi única opción para sobrevivir fue la de ponerme un traje militar y unirme al convoy como un soldado rezagado, pero durante el camino hacia la base los camiones empezaron a explotar y la gente a morir, yo logré escapar de milagro.

Wayne: ¿Y entonces Paula? ¿También sobrevivió? ¿Iba en el convoy?

MacTavish: No exactamente, tras correr varios metros me encontré con una furgoneta de televisión y decidí cogerla prestada, dentro estaba ella. Por lo que me contó mandaron a su equipo, formado por 3 personas, hacer un reportaje sobre las muertes pero pararon a ayudar a un herido que resultó ser un muerto. Los otros dos componentes de su grupo escaparon y ella se encerró en la furgoneta. Después nos dirigimos hacia esta base pero por el camino encontramos muchos contratiempos.

Wayne: Creo que... Espera un momento algo viene por el bosque.

El bosque presentaba una visión oscura y macabra como si de un cuento de terror se tratara. Entre la oscuridad MacTavish y Wayne vieron venir una figura tambaleándose y creyeron que era un muerto, cuando se acercó lo bastante para ser mas visible observaron que se trataba de Alan. Wayne rápidamente abrió la puerta y lo dejó entrar. Poco tiempo después apareció una nueva superviviente: Elena.

Una mañana templada Wayne salió a patrullar, la noche anterior no pudo salir por problemas dentro de grupo. Descansó durante unos minutos, se metió la mano en un bolsillo y de el sacó un paquete de tabaco. Encendió el cigarillo con algo de dificultad ya que hacia mucho tiempo que no fumaba.

Paula: No sabia que fumaras.

Wayne: No lo pruebo desde hace mucho tiempo.

Paula: Es un mal vicio. - Dijo mientras le quitaba el cigarro a Wayne y lo tiraba al suelo.

Wayne: Eso era mio ¿Lo sabias?

Paula: Es malo, te lo acabo de decir.

Wayne: Vaya, para ser rubia no eres demasiado tonta.

Paula: ¡Eh!. - Exclamó riendose.

Wayne: ¿Cuantos años tienes Paula? Pareces de mi edad. Para ser periodista eres muy joven.

Paula: Tengo 19 años y soy estudiante de periodismo. Estaba de practicas en una cadena de televisión y me habian mandado a cubrir un reportaje sobre los muertos vivientes hasta que mis compañeros desaparecieron. Todo esto... Es muy raro... Estoy preocupada Wayne. ¿Que ha sido de mi familia? ¿De mis amigos?.

Wayne: Hace tiempo que todo esto empezó, supongo que...

En ese momento Paula lo abrazó. Era un abrazo calido que llenó por completo a Wayne y este recordó a su novia, a la cual dejó atras junto con sus padres y su antigua vida cuando se marchó de casa. La patrulla matinal transcurrió entre risas y anecdotas de los dos jovenes.

En el comedor, en el que normalmente solo se escuchaban el ruido de la comida al ser masticada y algunas pequeñas conversaciones festivas, peor hoy en cambio, con los nuevos compañeros, que aunque al principio habían sido recibidos con cierto recelos, ahora la tensión se había relajado y charlaban tranquilamente hasta que a Elena se le ocurrio preguntar :


– Bueno, he observado que el lugar esta lo suficientemente en pie como para saber que no ha sido invadido por los muertos y también que vosotros no sois en absoluto, militares. ¿Como llegasteis aquí?


– Un compañero nuestro oyó hablar que a este lugar nunca vinieron sus ocupantes y seria nos fuimos desde la ciudad de Atlanta hasta aquí- empezó a contar Andrew - Pero cuando por fin tras dos semanas de viaje, descubrimos que la base no estaba en absoluto abandonada. Un maldito soldado psicópata había matado al resto de la base y nos atrapo a nosotros. Nos... torturo, enveneno y antes de que se le vinieran encima toneladas de escombros y aplastaran su maldito cuerpo, mato a... dos de nuestros compañeros, Carlos y Roland. - Ante esto, Andrew sumio al grupo en un incomodo silencio.


– ¿ Y... de donde vienes,Elena? - le pregunto Diana intentando cambiar de tema.


– Soy de Texas pero había estado viviendo en Atlanta con... una amiga hasta que ocurrió todo – la cura se entristeció un poco al recordar lo que acontecio alli.


– Ya veo que no es del todo culpa tuya que te hayas metido en ese maldito rollo de la religión. Una santa más de Texas – dijo Adam.



– Oh, todo lo contrario, yo era la oveja negra de mi familia, me metía en las fiestas más salvajes de todo el país , me colocaba, bebía y tenia sexo casi todo el día y todos los días. Esos fueron buenos días... y aunque he renegado de esas practicas aun recuerdo trucos que volverían loco a cualquier acompañante de cama. Pero oye Adam, quizás tu y yo podríamos ir a tu habitación y ya sabes... charlar sobre lo bueno del puritanismo.




La broma de la mujer hizo estallar en risas al resto del grupo.


- ¿ Te gusta meter el dedo aun más en la llaga, eh María Teresa? - dijo ironico Adam.


- Lo siento, pero es uno de mis pecados favoritos y nunca pierdo ocasión de hacerlo.


- Viendote, Elena, es como si no hubieras vivido en el mismo mundo que nosotros - dijo Diana - Tan alegre y confiada. ¿ Como lo haces?



- Que el mundo se haya sumido en la desesperación y en la locura no significa que la alegría y la esperanza hayan desaparecido. Puede que parezca que ahora es el momento de la tristeza y la muerte, pero creo que es lo contrario. Ahora es cuando debemos levantarnos y luchar contra la adversidad. Dios nos ha salvado del Apocalipsis por esa razón.


– Palabras muy inspiradoras, Elena – dijo Steve, a quien no le gustaba demasiado el optimismo de la cura - pero si vieras lo que he visto, no pensarías así. Es más, estarías maldiciendo a Dios ahora mismo.


– Nuestro Señor no es el causante de todo esto, yo creo que es como ha sido siempre culpa del ser humano.


– Pero entonces Dios lo permito y por tanto es como si el lo hubiera echo – rebatió Steve, animado por la conversación- Tener el poder de impedir algo y no hacerlo, te hace ser culpable.


– - Entonces durante años, nosotros hemos sido culpables de matar el medio ambiente, de las más terribles guerras y hambrunas y de todo lo que le ha pasado de malo a la gente.



– Pero no puedes compararnos con Dios. Solo somos seres humanos. Tu Señor en cambio, puede caminar sobre el agua y revivir sin esfuerzo. ¿ Tanto le cuesta evitar que unos muertos nos devoren vivos o es que ese cabrón malnacido nos odia y desea vernos sufrir?


- Sera mejor que te retractes, Steve. No voy a permitir que insultes mi fe de esa manera.


–¿ Y que vas a hacer? ¿Pegarme ?¿Violarme?¿Crucificarme?


- ¡No me compares con esos malnacidos, Steve!Viendote, me da que pensar que tu tienes más que ver con ellos que yo- Elena miraba con furia al hombre, quien estaba a punto de perder la compostura y hacer algo de lo que se arrepentira, pero Adam fue el que se encargo de calmar los animos, metiendose entre los:


- ¡Tranquilos, muchachos!Parece mentira que sea yo, el que tenga que hacer esto.De ti me lo esperaba, Steve, pero Nena Secundaria, por favor respeta un poco el uniforme.


- Lo siento, Steve, yo no soy asi de verdad, no me enorgullezco de mis palabras.



- Ya... yo tambien... lo ... siento - Aunque el hombre no estaba nada arrepentido de sus palabras, no deseaba montar otra escena.


-También os pido perdon a todos por el arrebato, pero mentiria si dijera que no me ha afectado lo que he visto alli. Hay dias en que pensaba que me iba a volver loca, pero por suerte, nunca he estado sola. Siempre lo tenia, a mi lado.


-¿ De quien?¿De Dios?


- No, de un grupo de psicópatas y asesinos que me creen la enviada de Dios y que ahora mismo están aprovechando mi distracción para infiltrarse en la base y mataros a todos. - Ante esto, todos se quedaron quietos, asombrados y dudando de que hacer hasta que una carcajada los volvió a sorprender – Es broma ¡ Y deberías de haber vistos vuestras caras! ¡Ha sido para enmarcarlo en un cuadro!


-Parece que tenemos otro humorista - se lamento Andrew- como si no tuvieramos bastante con Adam.

- Debo reconocerlo, Nena secundaria, digas lo que digas, cada vez me gustas más.

- Lo mismo, digo,¿ por que no olvidamos los tropiezos anteriores y me enseñas tu pistola?


- Es una broma ¿ no?


- No. Yo tambien tengo una .


El silencio volvio a reinar entre los presentes.


- Una Beretta del 92. - la cura mostro su arma, bien escondida en su sotana- Adoro las armas y aunque nunca las utilizo contra personas me encanta hacer volar las cabezas de esos putridos ¿ Se apunta alguien?